Mostrando entradas con la etiqueta literatura infantil. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta literatura infantil. Mostrar todas las entradas

martes, 15 de agosto de 2023

sábado, 25 de junio de 2022

Escribir para chicos

 

Gustavo Roldan



 

Escribir para chicos es un oficio muy gratificante y a la vez un oficio muy poco gratificante.

Poco gratificante porque es una literatura que pertenece al orden de lo marginal, a la que a veces se siente que se le da permiso para existir porque bueno, también conviene que los chicos lean.  Pero no pasemos mucho de ahí, no vaya a ser que estos autores se crean que hacen literatura  en serio. Ejemplos sobran de lo que sucede diariamente con el lugar que ocupan los libros para chicos, generalmente faltos de la legitimación que merecen tanto en academias como en universidades.

viernes, 25 de febrero de 2022

La historia reciente como fuente de literatura infantil y juvenil

 

Mario Méndez

Argentina


 

Buenas tardes a todos y todas. Antes que nada, quisiera agradecer esta invitación a la Feria del libro de Caracas, Venezuela: no conocía este bello país y es una enorme alegría estar compartiendo con ustedes el encuentro.

Aprovecharé la oportunidad que me da esta charla para ofrecer al público, mayormente venezolano, sin duda, un panorama de la literatura infantil y juvenil que circula en Argentina, con un particular recorte. El recorte propuesto es el de la historia reciente, o relativamente reciente, puesto que los años pasan y seguramente a los lectores jóvenes puede parecerles historia algo antigua, esta de cuarenta y pocos años atrás.

Como ustedes saben, en nuestro país, entre 1976 y 1983 padecimos una cruenta dictadura que se hizo tristemente famosa en el mundo porque produjo, entre otras consecuencias nefastas, los 30.000 desaparecidos que son una marca del horror, además de un desastre económico del que todavía padecemos las consecuencias y una guerra delirante, en descomunal inferioridad de condiciones nada menos que contra una potencia nuclear, como

jueves, 16 de enero de 2020

Lilia Lardone: “La palabra poética es condensación y desnudez y esencia”


    
Entrevista realizada por Rolando Revagliatti


 
Lilia Lardone nació el 24 de octubre de 1941 en Córdoba, capital de la provincia homónima (donde reside), República Argentina. Es Licenciada en Literaturas Modernas por la Universidad Nacional de Córdoba (1961). Entre 1985 y 1997 dictó cursos de capacitación docente sobre criterios de selección en libros dirigidos a chicos y jóvenes, para la Unión de Educadores de su provincia. Ha sido coordinadora de programación de ocho emisiones (1988-1995) de la Feria del Libro de Córdoba para niños y adultos, y miembro activo del Ateneo del Centro de Difusión e Investigación de la Literatura Infantil y Juvenil (CEDILIJ) entre 1991 y 1995. Tanto a nivel nacional como internacional se ha desempeñado como jurado en numerosos concursos y ha participado en Congresos y Encuentros de Escritores. Desde 1988 coordina talleres de escritura y corrección. Entre otras distinciones obtuvo el Premio Taborda 2009 de Letras por su trayectoria a favor de la lectura y la escritura, otorgado por la Asociación para el Progreso de la Educación. En el género novela aparece en 1998 la primera edición de “Puertas adentro” a través de Editorial Alfaguara; en 2006, “Esa chica”; en 2002, “Papiros”, reeditada en 2014. En 2003 se publica el volumen de cuentos “Vidas de mentira”. La primera edición de su novela para niños “Caballero negro” es de 1999 y se reeditó en 2014. De cuentos y relatos para niños son sus obras “El nombre de José”, “Los picucos”, “Los asesinos de la calle Lafinur”, “El día de las cosas perdidas”, “Benja y las

sábado, 27 de octubre de 2018

La literatura infantil: un espacio para la construcción de sentido


María Graciela Bautista Cote*

La literatura no transmite certezas, más bien abre interrogantes. Hay
algo de inefable en la experiencia estética; algo que no se puede decir.
Por ello quizá los silencios, las sorpresas, las ambigüedades son tan
frecuentes en los textos literarios.
Marcela Carranza


La literatura entrega generosamente al lector o a quien escucha espacios de incertidumbres, preguntas, asociaciones, vínculos con experiencias propias y ajenas, construcciones de significados textuales y sentidos personales, que nos abren una puerta al mundo simbólico y a la comprensión del mundo que nos rodea, de nosotros mismos y de los otros.
Investigaciones en el campo de la biología, la neurociencia, las ciencias del comportamiento, la psicología del desarrollo, la educación y la economía concluyen que los primeros años de vida son esenciales y muy particulares para el desarrollo del ser humano en todos sus aspectos: biológico, psicológico, cultural y social. Desde el período de gestación, los niños cuentan con capacidades físicas, cognitivas, emocionales y sociales, que se deben reconocer, promover, potenciar; pues ellas sirven de fundamento para el aprendizaje, la comunicación, la socialización y en general para el desarrollo de habilidades, capacidades y competencias.

jueves, 14 de febrero de 2013

La misantropía de Jonathan Swift y los viajes de Gulliver


Víctor Montoya*

Jonathan Swift
Jonathan Swift (Dublín, 1667-1745) perteneció, en lo social y político, a una familia privilegiada. Su padre, jurista de profesión, murió antes de verlo nacer. Desde niño fue criado y educado por los familiares de su padre, hasta que, en 1689, ingresó a trabajar como secretario de Sir William Temple, famoso político y diplomático inglés, quien, según Samuel Johnson, fue uno de los primeros en dar cadencia a la lengua inglesa.
En el hogar de William Temple, el joven secretario dispuso de una formidable biblioteca, donde abrió los ojos al mundo y conoció a Esther Johnson, hija legítima de Temple, quien en principio fue su alumna y después su amor platónico. Esta relación, similar a la de Lewis Carroll y Alicia, le motivó a retratarla de noche y de día, y a escribirle una extensa carta, conocida como “Journal to Stella”, redactada entre 1710 y 1713, la cual, una vez publicada, levantó aspavientos entre propios y extraños, a pesar de que los secretos más íntimos se los llevó Swift hasta la tumba.
Luego de la muerte de William Temple, Swift se dedicó a ser publicista y escritor. Con respecto a sus versos, se refiere la siguiente anécdota: cuando Swift le enseñó algunas de sus Odas a su primo Dryden, éste le dijo: “primo Swift, tú nunca serás poeta”