Carlos Yusti
Uno de mis referentes como ensayista y
cronista es/fue/y será Elisa Lerner (Valencia, 6 de junio de 1932 - Caracas, 24
de noviembre de 2024). Leí sus obras de teatro cuando de joven participaba en
un grupo teatral de bisoños actores y actrices en Valencia. Esto del teatro me
gustaba más por las actrices y es que mis dotes histriónicas eran nulas, pero
como había leído mucho teatro me encargaba de esa parte de los libretos y la
utilería. Pero en realidad comencé a leerla con toda seriedad del caso en esa
revista de humor, dirigida por Zapata, “El Sádico Ilustrado”, con unos textos
que destilaban sarcasmo, inteligencia y esa causticidad con glamour que distinguió
siempre su escritura. Como una cuestión lleva a la otra hice mis pesquisas
respectivas sobre la autora de tan sádicos, deslumbrantes y elocuentes
escritos.
En ese tiempo era yo un vago que leía mucho y trabajaba en lo que podía, ni por asomo pensaba en escribir, pero leía demasiado e incluso admiraba la creatividad de chispazo luminoso de esos escritores anónimos que dejaban sus ideas y dibujos plasmados en los baños públicos. En fin, el primer libro que leí de Lerner fue Yo amo a Columbo o la pasión dispersa (1979). El libro recopila textos escritos por un lapso de veinte años. Son noventa y cinco ensayos que tratan de los más variados asuntos, pero desde esa posibilidad de la literatura convertida en arte.