Notas para presentar Las estrellas viajeras de Luz del Mar
Higuera.
José Gregorio González Márquez
Aunque
es en astronomía donde se estudia la alineación de astros y está linealidad
conjura momentos de gran fortuna, es importante referir que no es común que se
dé este fenómeno en nuestros cielos. El
espacio sideral ha inspirado a poetas y escritores desde hace milenios. La
incógnita sobre lo que existe más allá de nuestra atmósfera ha desatado por
siglos grandes especulaciones y creencias de la buena fortuna. Muchas de las
señales divinas las leemos en el cielo. Las estrellas fugaces nos cumplen deseos.
La
luz que cada noche enciende el firmamento nos recuerda la inmensidad del
universo. La poesía también es infinita y en ocasiones algún poeta provoca una
alineación entre sus textos y quienes aman. En el libro Las estrellas
viajeras de Luz del Mar Higuera se puede reconocer esa alineación.
Luz la madre, Nova el hijo y las estrellas viajeras se conjugan, se encuentran
para jugar con la palabra; para recorrer los cielos mientras llega el sueño y
se torna apacible la noche.
En el poemario los luceros cuentan niños, Carmen Delia Bencomo teje un texto poético donde refiere que los luceros desde el cielo cuidan los niños, los cuentan, los arrullan, los acompañan mientras duermen en la placidez del regazo materno o en sus cunas. Carmen Delia Bencomo canta: Las estrellas, / hijas de la noche, / los luceros, / hijos de la luna, / juegan en el cielo/ contando niños / en sus cunas. / En el mar duermen/ los peces; / en los árboles/ los pájaros; / en los niños, / los sueños, / y en el cielo/ nadie duerme/ porque están/ contando cunas/ las estrellas, / la noche, / los luceros/ y la luna…/. También Luz del Mar Higuera, asume el cielo como un espacio para explayarse en la palabra. Poemas filiales que acercan a los niños al universo de la palabra.