sábado, 19 de agosto de 2017

Un mundo secreto


 
Fanuel Hanán Díaz

Fui un lector precoz. Recuerdo que un día amanecí leyendo el periódico, tendría como tres años. Mis padres no podían creer que realmente yo sabía leer y probaron a ponerme el periódico al revés varias veces, pero al final los convencí leyendo en voz alta varios párrafos al azar.

En realidad, aprendí a leer escuchando las clases improvisadas que mi abuela le daba a mi hermana. Y también porque desde que tengo memoria en mi casa siempre había libros y adultos lectores. Ese mismo año, en Navidad, el Niño Jesús me trajo una pistola de luces y un discreto paquete en papel kraft que tenía dos libros que cambiaron mi vida para siempre. El primero de ellos era Peter Pan, ilustrado, y el segundo una versión en cómic de La isla del tesoro que me atrapó de una manera adictiva. Recuerdo que esos días

viernes, 14 de julio de 2017

EL LIBRO INFINITO: juego y logografía en la obra de Carlos Yusti

(A propósito de la exposición de los libros de artista en la UNEARTE)

"La mejor forma de decir, es hacer" José Martí

Roger Herrera R



Quizás en algún antiguo códice Maya exista la sospechosa creencia de que, tras la escritura de estos textos, no estuvo un sacerdote o un cronista oficial de la época trazando los signos de su cultura, sino más bien un artista, alguien capaz de expresar la ilación semántica del dibujo, el número y la letra.
Glifos, códigos, números, signos apetecen el papel y la gula de ciertos creadores, que sin más advierten en cada una de sus propuestas la impronta de lo insólito, de lo inefable; la búsqueda secreta de un lenguaje que se divorcie de los cánones establecidos o haga trizas las ordenanzas y postulados estéticos, para abordar muy "a su aire" su pertinente aleatoriedad.
Hoy quisiera referir mi llana expresión, a uno de esos seres que median entre el sueño y la vigilia al estilo de Alfred Jarry, para luego apoderarse de esos irregulares territorios donde habita el lenguaje escrito y las formas visivas de la grafía. Ser que auspicia desde sus ordenamientos estéticos, la búsqueda infinita del hacer artístico desde los mecanismos de la imaginación y donde juegan papel relevante el juego y la seducción de la letra y el ícono sobre el soporte.

domingo, 14 de mayo de 2017

Sandra Cornejo: “El dolor humano, el dolor del cuerpo, lo tendríamos que comprender y asimilar de un modo más solidario”

Entrevista realizada por Rolando Revagliatti


Sandra Cornejo nació el 14 de abril de 1962 en La Plata, donde reside, capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Es Periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata. Obtuvo la diplomatura en el Posgrado de Lectura, Escritura y Educación (FLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Actualmente se desempeña en el equipo de la Dirección de Promoción Literaria  de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.Obtuvo premios y menciones bonaerenses y nacionales. Con notas culturales colabora en el diario “El Día” de La Plata, entre otros. Es la responsable de www.tuertorey.com.ar. Publicó los poemarios “Borradores” (Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; 1989), “Ildikó” (contratapa de Horacio Castillo, 1998), “Sin suelo” (contratapa de Diamela Eltit, 2001), “Partes del mundo” (contratapa de Hugo Mujica, 2005), “Todo lo perdido reaparece” (con prólogo de Mario Goloboff, 2012), “Bajo los ríos del cielo” (contratapa de María Teresa Andruetto, 2014). Ha sido incluida, entre otras, en las antologías “Poetas argentinas (1961-1980), “Antología de poetas argentinos II” (Free Verse Website 2009, Irlanda), “El verso toma la palabra” (México, 2010), “Poesía de pensamiento. Una antología de poesía argentina” (España, 2015).

Eduardo Gallegos Mancera: Voz de ancho río

David Figueroa Figueroa


                             “Para hacer esta muralla, traíganme todas las manos:
                    los negros, sus manos negras, los blancos, sus manos blancas”
                                                                                                           Nicolás Guillén

La vida de este  médico revolucionario, escritor y poeta, siempre estuvo llena de un sinnúmero de vicisitudes, debido a su inquebrantable posición de hombre entregado a la lucha en  pro de una Venezuela, donde la mayoría pueda disfrutar de iguales derechos.
Nos dejó libros de ensayos, monografías, entrevistas, poéticamente, tenemos: Ancho río, Alto fuego, (1975), Sol, solo sol, (1987), poemas,1987, Pico,pico solorico, poemas para nietos y el origami para una mariposa, (1993).
En este trabajo solamente me referiré al poemario, Ancho río, alto fuego, libro  traducido al ruso en 1980, aquí encontramos diez años de su producción. Al leer el poemario notamos que está pleno de solidaridad, un respirar humano va de página en página, siendo la nota  mayor el amor a carta cabal hacia todo aquello llamado pueblo, el  poeta con un lenguaje sencillo-sublime, y a veces lírico nos presenta universos poblados de seres

Gonzalo Moure, el asturiano de la ternura escrita

Laura Antillano


“Yo, que maté de melancolía al pirata Francis Drake”  fue el primer libro que leí de Gonzalo  Moure. Me fascinó. Lo compré azarosamente en el Salón del Libro que organiza el chileno Luis Sepúlveda en Guijón,  Asturias. Tenían una feria de libros con varios proveedores y en una mesa, entre muchas cosas, ese título me ganó.
Me lo leí en dos noches, me conquistó la historia y el modo de relatarla. Varios años después, en Quito, invitada por Leonor Bravo al Maratón del Cuento, conocí al autor de aquella novelita.
Gonzalo  Moure intervino el día de la inauguración y habló con equilibrio y emotividad de alguien que había sido amiga de muchos de los presentes  y a quién todos guardaban especial afecto, ella había fallecido hacia no mucho y le había contado de este evento en Ecuador, para el que él era tan nuevo como yo. Coincidimos después en el transporte que nos trasladaba a todos, y sentados juntos conversábamos de literatura, salió el tema de los piratas y salió el nombre de su libro y salió el de mi cuento “Tuna de mar”, igualmente dedicado en este caso, a una mujer pirata.

domingo, 5 de marzo de 2017

Casa de pájaro, novela del escritor Radamés Laerte Giménez

Yony G. Osorio G
.

                                                                    “El pájaro acompaña desde su vuelo al niño, vestido de abandono”.
                                                                                                 (Pálmenes Yarza, 2006,  Antología poética: 110).

            “Estar más solitario que una sombra en una casa abandonada. Buscar el regazo en ese momento extremo cuando todo se va…encontrarse con ese miedo que siempre se ha querido negar. Abandonado. Abandonado”                                                        
                                                                                         (Radamés Laerte Giménez, Casa de pájaro, 2016: 52).




Radamés Laerte Giménez

El pájaro que mira hacia lo lejos trastorna la quietud del pupitre

En esta obra, Casa de pájaro (2016), editada por la Fundación Editorial Casa de las Letras Andrés Bello, con la que Radamés Laerte Giménez obtuvo el “Premio de Narrativa Salvador Garmendia 2014”, intuimos que nuestra mirada también se entrecruza tal vez con un disgregado personaje que se supone sentado en un pupitre. Este protagonista llamado  Edgar Alejandro, se nos muestra en un escenario como un ser absorto, retraído, distraído y  extraviado. Sustenta su lenguaje en actitud evasiva, vacilante y, a veces, se encuentra sumergido en la morada de la ensoñación. Podemos apreciar ambas situaciones en estos fragmentos seleccionados de un diálogo directo entre él y sus padres que escenifican típicas disputas:

LA OBRA EN LA CIRCUNVALACIÓN NO. 5 POR 0,25, AGUARDA UN CÓCTEL PARA LA MEMORIA

                                                                                                                  Yony Osorio 

                “Los que aún estamos vivos y retrocedemos en el tiempo para armar la ruta que siguieron nuestros   pasos descubrimos que nos movemos en un ámbito donde las formas fantasmales abundan y las fachadas  son escombros y nos ubicamos en una trama casi parecida a la de Pedro Páramo en la obra   de Juan Rulfo”.
 (Leo Alfonso Villaparedes, 2016:11).

Leo Alfonso Villaparedes
La obra En la circunvalación no.5 por 0,25 (2016), del escritor, narrador, cronista, artista plástico y profesor jubilado, Leo Alfonso Villaparedes, nacido en la Victoria (1941), estado Aragua, aguarda en su trama el efecto disparador del recuerdo. Es como una especie de invitación a un cóctel para la memoria en donde se mezclan aquellos instantes que convocan al lector a una comunión del vivir mediante la palabra que intenta recobrar las huellas del hombre durante su paso por tiempo: es un trago verbal contra el olvido y nos brinda la posibilidad de reavivar lo transitado. Además, la obra y el autor de estas crónicas  de las que libaremos un sorbo de su néctar, fueron galardonados con El Premio de Literatura Stefanía Mosca 2015, libro editado por el Fondo Editorial Fundarte. Igualmente, en cuanto a la confrontación de sus trabajos obtiene el Premio de la V Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, mención Crónica (2013), con el libro Visiones e imágenes subyacentes. La Victoria 1948-1958.