lunes, 16 de diciembre de 2024

De las bestias y los bestiarios

 

Stefania Mosca

 

Ya muchos milenios antes (¿Cuántos?),

los monos decidieron acerca de su destino

oponiéndose a la tentación de ser hombres.

J.J. Arreola, Bestiario



Hablar bien de los animales es, además de un lugar común del hastío, una forma de acertar con el pensamiento. Más efectivo que la política y los planes de reactivación económica, resulta el tenedor de las garras de un león —cualquiera, el más degenerado— o la zambullida exacta de los alcatraces y su fervor por los crepúsculos. Los animales aúllan, comen, rugen, se estiran, braman o quiebran su océano sin hacerse preguntas, satisfechos, los ampara el anonimato y el destino. Entienden, desde un principio, su lugar en el paisaje, el preciso arco de sus armas, su momento en la derrota y en la muerte. Y cuando el hombre los toma como figuras de su reflexión, cumplen perfectamente, humildes, la función de espejo y reflejo que el lenguaje les impone.

Lineal


Rolando Revagliatti

 

 



Parido es el niño el día de su santo.

Su tío materno, sólo él, lo duerme con facilidad.

Ya camina. En un hotel de Santiago del Estero se escabulle por los corredores.

Queda constancia fotográfica de su satisfacción montando burrito en Río Ceballos, sostenido por su papá.

Se entretiene rompiendo papeles, arrojando monedas y jugando con un cesto de mimbre y broches para la ropa. Sigue costándole conciliar el sueño.

Hace palotes un poco antes de cumplir cuatro años, guiado por una maestra jubilada. Lo operan de las amígdalas.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

La inigualable Elisa Lerner

 

Carlos Yusti

 

Uno de mis referentes como ensayista y cronista es/fue/y será Elisa Lerner (Valencia, 6 de junio de 1932 - Caracas, 24 de noviembre de 2024). Leí sus obras de teatro cuando de joven participaba en un grupo teatral de bisoños actores y actrices en Valencia. Esto del teatro me gustaba más por las actrices y es que mis dotes histriónicas eran nulas, pero como había leído mucho teatro me encargaba de esa parte de los libretos y la utilería. Pero en realidad comencé a leerla con toda seriedad del caso en esa revista de humor, dirigida por Zapata, “El Sádico Ilustrado”, con unos textos que destilaban sarcasmo, inteligencia y esa causticidad con glamour que distinguió siempre su escritura. Como una cuestión lleva a la otra hice mis pesquisas respectivas sobre la autora de tan sádicos, deslumbrantes y elocuentes escritos.

En ese tiempo era yo un vago que leía mucho y trabajaba en lo que podía, ni por asomo pensaba en escribir, pero leía demasiado e incluso admiraba la creatividad de chispazo luminoso de esos escritores anónimos que dejaban sus ideas y dibujos plasmados en los baños públicos. En fin, el primer libro que leí de Lerner fue Yo amo a Columbo o la pasión dispersa (1979). El libro recopila textos escritos por un lapso de veinte años. Son noventa y cinco ensayos que tratan de los más variados asuntos, pero desde esa posibilidad de la literatura convertida en arte.

martes, 3 de diciembre de 2024

El destino incierto de las bibliotecas personales

 

                             José Gregorio González Márquez 

 



I 

Pasamos la vida comprando libros. Visitamos con frecuencia librerías y remates para adquirir cuanta novedad o texto usado nos interese. Así vamos acumulando cantidades de libros que se van invadiendo toda la casa. No podemos vivir sin leer.  La lectura es un vicio que nos acompaña desde siempre.

Cada libro representa una parte ínfima de la creación. Todos juntos acaparan el conocimiento universal. Entonces los que tenemos en la biblioteca personal, forman parte de ese infinito rompecabezas que valora la sabiduría como expresión sagrada de la escritura.

Las bibliotecas personales conforman una entidad con vida propia. En sus anaqueles se mueven los libros que su propietario considera dignos de permanecer en su colección privada. No importa los medios que se use para conseguirlos, lo importante es poseerlo. Comprado, prestado o regalado llegan para ocupar un sitio de privilegio en una repisa, anaquel o estante.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Dar de leer a los niños

 Yolanda Reyes



No importa si los adultos son lectores compulsivos o si poco o nada leen. El hecho es que cuando tienen hijos, se hacen las mismas preguntas: ¿Qué dar de leer a los niños? ¿Cómo volverlos lectores? ¿Con cuál libro comenzar?

Se trata de preguntas aparentemente difíciles, pero ya lo dice el dicho: las apariencias engañan. Porque, en sentido profundo, la cuestión es más sencilla de lo que suele creerse. Yo me arriesgo a contestar que a los primeros lectores no les importan demasiado los títulos ni el orden de aparición. Lo que definitivamente sella la relación de un pequeño con la lectura es aquello que circula por debajo y que no está escrito en los renglones de un libro: la pareja adulto-niño, amarrada con palabras. La revelación de que ese libro cualquiera –sin páginas o con páginas– es una suerte de encantamiento que logra lo más importante en la infancia: la certeza de que, mientras dure la historia, papá o mamá no se irán.

domingo, 19 de mayo de 2024

Para leer a Juan Micael

 

José Gregorio González Márquez



 

La palabra es creación infinita. El escritor es un artífice de la grafía. Juega con ella, la hace vida, constancia. Vive para refrendarla y convertirla en un camino de esperanza, en un sendero donde la imaginación se vuelca para arropar las vicisitudes de la existencia. El trabajo del escritor tiene mucho de sagrado y profano; de alegría y tristeza; de amor e incertidumbre.

El texto se constituye en el instrumento mediato para llegar a los lectores. Cada uno de ellos lleva un mensaje que recala en los rincones del sentimiento lector. Quien se enfrenta a un texto por vez primera, abre las puertas a un universo que presagia momentos de alteridad, resolución de conflictos, cercanía a las emociones y el enfrentamiento a enigmas que se baten en los vientos de aventuras y dramas humanos.

sábado, 18 de mayo de 2024

Las palabras en la poesía, vuelan


David Figueroa Figueroa

                  “En fin, las palabras son el más divino, complicado

y genesiaco  invento de los seres humanos”

                                                                                        Ludovico Silva


 

Sobrada razón tiene este apreciado escritor; pues con la palabra podemos nadar en cualquier mar, tanto de arena, de algodón, de viento, de cristal y llegar a la fantasía en el potro de la realidad. Bien transformamos los  días en noches y las noches en soles para que sus luces relumbren por todos los planetas.

Este introito es para darle cabida al nuevo libro del poeta, ensayista y narrador merideño José Gregorio González Márquez. Poemario que tiene como título Ronda del pan y del trigo, publicado por Ediciones Madriguera y que dirige    Ennio Tucci. Es importante señalar que este escritor ha merecido varios galardones y entre sus libros publicados están: Alegoría del olvido, (1999); Mujer profana, 1995; Caballito de madera, 2000; En cualquier estación, 2006; La ranita amarilla, 2006; Rostros de la insidia, 2007; Rabipelao, 2007; Gajito de viento, 2017; Las gallinas van en tren, 2021 y otros textos más.  Con este  nuevo libro disfrutarán tanto los niños como los adultos pues se produce lo que afirma la estudiosa, Graciela Baquero en su texto, Juegos de sentido: “Lo poético a mi entender, es aquel estado que produce  certeza a través de la emoción. Es fácil de reconocer, sucede en contadas ocasiones, cuando uno lee, escucha, ama, contempla, hace, en fin, vivencia algo que despierta en la persona una emoción primigenia y sorpresiva”.