jueves, 28 de abril de 2016

El desafío de la creación


Juan Rulfo

Desgraciadamente yo no tuve quién me contara cuentos; en nuestro pueblo la gente es cerrada, sí, completamente, uno es un extranjero ahí. Están ellos platicando; se sientan en sus equipajes en las tardes a contarse historias y esas cosas; pero en cuanto uno llega, se quedan callados o empiezan a hablar del tiempo: “hoy parece que por ahí vienen las nubes…”. En fin, yo no tuve esa fortuna de oír a los mayores contar historias: por ello me vi obligado a inventarlas y creo yo que, precisamente, uno de los principios de la creación literaria es la invención, la imaginación. Somos mentirosos; todo escritor que crea es un mentiroso, la literatura es mentira; pero de esa mentira sale una recreación de la realidad; recrear la realidad es, pues, uno de los principios fundamentales de la creación.

viernes, 15 de abril de 2016

El libro en llamas


 
 
Carlos Yusti

  La quema de Cristóbal Llorens, 
La historia de la literatura, o para especificar, del libro como objeto sorprendente de conocimiento/entretenimiento, es el de una enorme hoguera iluminando ese camino farragoso de la intolerancia. El combustible es el temor (y el odio) debido al contenido de algunos libros. No obstante (desde que ardió la gran biblioteca de Alejandría pasando por los auto de fe de la china, de los religiosos contra los códices del nuevo mundo, de los nazis y por las piras emprendidas por los dictactozuelos de terror y sangre que ha padecido Latinoamérica) el libro ha llegado hasta nuestro días. Hoy no los quemamos, pero lo ahormamos en un Kindle y en ocasiones los pasamos por esa ráfaga luminosa del escáner, que es un poco como quemarlos desde la metáfora de estos tiempos cibernéticos en la que estamos entrampados.

viernes, 18 de marzo de 2016

César Vallejo: La poesía sin fronteras

“No me faltaste en vida,
sino en muerte”
Pablo Neruda

David Figueroa Figueroa 


La poesía es la palabra donde se multiplican todas las visiones que de una forma u otra puede el hombre poseer. Es que ella posee el don de la ubicuidad, cosa que no es gratuita puesto que tiene como amiga indisoluble a la metáfora. Los poemas por ser “flor escrita” que retrata en cierto modo lo vivencial, sin olvidar que las creaciones literarias son una mezcla de lo real con la ficción, el humor, muerte, la vida, la ira, el amor y muchas veces la ideología. El creador jamás es un ser alejado de la tierra que pisa, de la tierra que lo llenó de besos o espinas.

Este párrafo permite ahora decir algunas cosas sobre un poeta que una tía  me leía cuando era joven, me refiero a César Vallejo, hombre que hizo de la poesía una mano, un brazo, un cerebro y sobre todo un mar por donde la humanidad navega por los siglos de los siglos.

sábado, 5 de marzo de 2016

Poemas de Ramón Palomares




Máscaras

He aquí que existimos en el límite de la mentira
que nuestra vida es impalpable
que estas personas representadas pertenecen
a un dueño de otro orden.
Cumplimos cabalmente en escena
ante el gran público. Así recreamos bajo los astros
y acudimos a una cita en los vientos
saliendo al paso de nuestras fiestas.
Nuestro corazón está prestado a otros personajes,
murmuramos un sueño y nuestros labios no son
                                                             [responsables,
somos bellos o nobles según las circunstancias.
Nos asalta un delirio azaroso
y caemos en los escenarios bajo una voluntad extraña.
Y no tenemos vida,
pues andamos sobre ruedas en un país desconocido
cuyas flores nos interesan de manera frívola
y cuyas mujeres nos aman en alcobas de falsedad.
Producimos un fuego y su corazón azul
crepita con más fuerza que el nuestro
en tanto arden los leños a la manera de sangre.
Nos permitimos ser extraños. Falsos.
Llevar una emoción no sincera.
Mientras andamos, desterrados de nuestro cuerpo
en un interminable paseo.

sábado, 27 de febrero de 2016

Acerca de la utilidad de la poesía . (Tres ejercicios de la memoria)


Antonio Rubio

 
1.-Poesía en la casa: nanas 
 
La casa en donde nací estaba en una calle empedrada con cantos, y en los cantos resbalaban las mulas, rechinaban sus herraduras y saltaban chispas como de la piedra de los afiladores. La casa estaba en un pueblo que tenía un río, y el río tenía un puente medieval con once ojos. Y en cada ojo anidaba un sinfín de vencejos. Cada uno de los extremos del puente pertenecía a una provincia distinta. Se podía viajar de Toledo a Cáceres en un santiamén. Del nombre de la calle en donde la casa estaba, me he olvidado porque trae a la memoria el recuerdo de una guerra. 

La casa tenía dos pisos. El de arriba se llamaba troje (en otros sitios le dicen altillo o doblado), y era el lugar donde se guardaban las conservas, la matanza, las figuras del belén, los trastos, cachivaches y achiperres, lo perdido, lo invisible, lo inasible, la zozobra. En la troje habitaba el miedo. Entre una permanente semioscuridad y un chorro débil de luz mortecina que penetraba por el tragaluz... vivía el miedo. Aquel chorro luminoso estaba lleno de partículas de polvo, miles de partículas de polvo que se desplazaban como minúsculos planetas. 

sábado, 20 de febrero de 2016

El pájaro de madera muerto, obra de Isabel Ortega


Yony G. Osorio G.

“…recordad que los universos están en su justa posición, lo más probable es que el de madera esté ahora, en su universo de madera, con pájaros de madera como él, y tal vez así entienda la felicidad, a su manera, mas no tu forma de suspirar la felicidad, bajo tu iluminado corazón de algodón, reflexionad sobre eso”. (Ortega, 2014, Cap. V. “6to. Sabio”, S/N).


  Pájaros muertos, Herman Van Vollenhoven. 1600 – 1628.

El pájaro de madera muerto (2014) es un relato re-creado por la poeta Isabel Ortega Hernández y que está configurado por siete capítulos, siete consejeros o sabios y ocho ilustraciones labradas en tonos apacibles, coloridos y lumínicos por el escultor Añu León Bracho. Además, este discurso imaginario aguarda la posibilidad de ser representado en cualquier escenario.
Con “impalpables” “dolores de nostalgia” se inicia el desarrollo del texto, siendo el personaje Gertrudis una niña candorosa que sucumbe en su casa presa de la desolación. Ella recibe la visita del Príncipe Jean Kabir Chin, quien se caracteriza por ser un sanador de “luminosas manos”, verbo encantador y cargado de enérgicas “palabras envueltas en esencias aromáticas”. (“La magia curativa”, Cap. II, S/N). Éste, con tan sólo el contacto luminoso lleno de gracia, las emanaciones de la belleza de la naturaleza -flores- y la acción de “manos luminosas” suscitaba todo un acto de sanación-iluminación-transformación del contexto: “el ambiente se tornaba en efluvios sutiles de rosas”; “la energía sobre el plexo solar del ombligo” y “palabras envueltas en esencias aromáticas” (“La magia curativa”, Cap. II.

domingo, 7 de febrero de 2016

Rostros de la insidia, del escritor José Gregorio González Márquez


Yony Osorio

El poeta no vive del oficio, muere de
hambre y desesperanza; incendia las
palabras, calcina hojas enteras; 
es un jugador desterrado de la memoria”.

(González, José, 2007:133)

A propósito de haberse realizado un encuentro de la Red Nacional de Escritores de Venezuela en la ciudad de Barinas, precisamente mientras esperábamos la entrega de los premios “Compañeros de Viaje” en el teatro Orlando Araujo, nos dirigimos hacia un sencillo restauran a escasos metros del mismo lugar en donde tuve la feliz ocasión de recibir de manos de José Gregorio González Márquez el libro Rostros de la insidia, claro está a instancia del escritor yaracuyano David Figueroa, quien no ha tenido reparo alguno en presentarme a sus amigos escritores; hecho este que me permitió aproximarme al mundo poético de este autor de la Azulita, estado Mérida, creador de una obra que va desde Alegoría del olvido, Mujer profana, Espejos de la insidia, En cualquier estación y Rostros de la insidia hasta libros dedicados a la literatura infantil dirigida a niños, adolescentes y jóvenes, como Caballito de madera, La ranita amarilla, La tinta y otras historias y El rabipelao, entre otros. Además, este escritor es frecuente articulista del semanario cultural del Poder Popular de la República Bolivariana de Venezuela: “Todos adentro”.

Rostros de la insidia (2007) es una edición de la Asociación Civil Gitanjali, apoyada por el Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro (CENAL), con portada que lleva estampada la obra del artista Braulio Rodríguez, fotografiada por Néstor Tarazona. Este trabajo nos brinda todo un hecho estético que pone en tensión las antenas del alma y enriquece las dimensiones de la experiencia en cuanto a percepciones, impresiones, recuerdos, impulsos, sentimientos, imágenes e ideas sobre la vida y el mundo contenidas en cada una de las páginas de esta obra.