Yony
G. Osorio G.
“…recordad
que los universos están en su justa posición, lo más probable es
que el de madera esté ahora, en su universo de madera, con pájaros
de madera como él, y tal vez así entienda la felicidad, a su
manera, mas no tu forma de suspirar la felicidad, bajo tu iluminado
corazón de algodón, reflexionad sobre eso”. (Ortega, 2014, Cap.
V. “6to. Sabio”, S/N).
Pájaros muertos, Herman Van Vollenhoven. 1600 – 1628. |
El
pájaro de madera muerto
(2014) es un relato re-creado por la poeta Isabel Ortega Hernández y
que está configurado por siete capítulos, siete consejeros o sabios
y ocho ilustraciones labradas en tonos apacibles, coloridos y
lumínicos por el escultor Añu León Bracho. Además, este discurso
imaginario aguarda la posibilidad de ser representado en cualquier
escenario.
Con
“impalpables” “dolores de nostalgia” se inicia el desarrollo
del texto, siendo el personaje Gertrudis una niña candorosa que
sucumbe en su casa presa de la desolación. Ella recibe la visita del
Príncipe Jean Kabir Chin, quien se caracteriza por ser un sanador de
“luminosas
manos”,
verbo encantador y cargado de enérgicas “palabras
envueltas en esencias aromáticas”.
(“La magia curativa”, Cap. II, S/N). Éste, con tan sólo el
contacto luminoso lleno de gracia, las emanaciones de la belleza de
la naturaleza -flores- y la acción de “manos
luminosas” suscitaba
todo un acto de sanación-iluminación-transformación del contexto:
“el
ambiente se tornaba en efluvios sutiles de rosas”;
“la
energía sobre el plexo solar del ombligo”
y “palabras
envueltas en esencias aromáticas”
(“La magia curativa”, Cap. II.