martes, 22 de agosto de 2017

Cómo acercar el libro al niño


Jesús Pérez Soto

Acostúmbrese a llegar primero que sus alumnos, lo contario sería ponerse como blanco de ataque. Vístase para el momento, no de etiqueta, sino de acuerdo a la clase. Dele vida al ambiente de trabajo; haga que sus alumnos no vean un simple salón, sino un escenario para representar sus vivencias. Ordene las sillas de manera tal que sientan que se sentarán a disfrutar de un espectáculo. No descuide sus oídos, en el aula se debe respirar paz, tranquilidad, concentración y para ello está la música, que debe ser suave e inspiradora.

Cuando estén ansiosos y casi desesperados de que ocurra lo inesperado, leales un cuento; antes debió practicar en casa la voz de los personajes, el ritmo del texto, la entonación de las frases, las pausas; recuerde que su trabajo como lector es darle vida al texto que está leyendo y que su mayor compromiso es decirle a los niños a través de la práctica, del ejemplo, cómo se lee.


Al terminar de leer no dañe ese momento mágico que se crea entre el niño y su imaginación; no pregunte las boberías de siempre: ¿qué les parece el cuento? ¿qué entendieron? ¿qué debemos aprender del cuento? ¡No!, insisto, no estropee con los pies lo que hizo con el corazón. Si quiere enseñar lecciones de moralidad, historia o cualquier otra área, use la educación y tenga mucho cuidado al emplear el arte como herramienta de aprendizaje. Muchos han pretendido favorecer el acercamiento entre el hombre y el arte, pero lo que han conseguido es alejarlos. Recuerde que para enseñar está la educación. La literatura, aparte de estar dirigida a los sentidos, fue creada para recrear el mundo y en especial para estimular la imaginación, la creación y la crítica.

Si no sabe leer, ¡aprenda!, recuerde lo que dijo Simón Rodríguez, nadie hace bien lo que no sabe. Rodee al niño de libros y nunca les hable de lo que quiere evitarles, sino de lo que quiere que sean cuando hombre. Refiérale las hazañas de los libertadores, cuéntele las peripecias de los grandes hombres, despiértele la curiosidad por la construcción de las obras inmortales, viaje con ellos narrándoles aventuras de viajeros ilustres, enséñeles el poder de la imaginación que para eso sirve la literatura, para enriquecer las vivencias, para estimular los sentidos, para ayudar a entender el mundo que nos rodea.

Recuerde que pensamos con ideas y que cada palabra tiene una imagen que la representa; hábleles en clase de situaciones concretas, de personajes ejemplares, que se hagan la imagen de lo que les cuenta, que esas imágenes funcionen como detonantes de la curiosidad, evite ser abstracto y cuando consiga una palabra desconocida enséñelos a usar el diccionario que, por cierto, sirve para dos cosas nada más: para ver cómo se escribe la palabra y lo que significa.

Tenga en el aula libros. Construya un rincón de lectura. Organice visita a bibliotecas, museos o sitios que le permitan conversar con ellos. Dedíquese a que aprendan a escuchar, para ello cuénteles historias interesantes, hábleles de libros misteriosos, imite la voz de los personajes, el sonido del animal, ayúdelos a desarrollar su oído interno. Oriéntelos en cómo observa. Si está hablándoles de las culturas aborígenes, muestre, por ejemplo, un objeto que los sorprenda: ¡un hueso! y cuente lo que hacían las etnias con él, la utilidad que le dieron. Haga que desarrollen la capacidad de describir y despertará en ellos el ojo interno.

En cada acto de lectura estimule sus sentidos, que observen, que escuchen, que huelan, que palpen, que saboreen. Diríjase al corazón de ellos desde su propio corazón y ganará lectores, ganará niños felices y un día recibirá su recompensa. Invierta tiempo en su formación: lea, viaje, extasíese con un bonito paisaje, disfrute de una película motivadora, comparta un café con algún amigo, enamórese menos de las cosas y más de las ideas, aprenda a sentir y a disfrutar de cada momento y luego transmita lo que vive a través de sus clases, de la lectura, conviértase en el protagonista de su salón para que la plenitud lo arrope y lo convierta en lo más especial que tuvieron los niños.

*http://Jesusperezsoto.blogspot.com

1 comentario:

  1. Me encanta leer las publicaciones de Jesús, siempre mucho que aprender y reflexionar.

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