Jesús
Pérez Soto
Acostúmbrese
a llegar primero que sus alumnos, lo contario sería ponerse como
blanco de ataque. Vístase para el momento, no de etiqueta, sino de
acuerdo a la clase. Dele vida al ambiente de trabajo; haga que sus
alumnos no vean un simple salón, sino un escenario para representar
sus vivencias. Ordene las sillas de manera tal que sientan que se
sentarán a disfrutar de un espectáculo. No descuide sus oídos, en
el aula se debe respirar paz, tranquilidad, concentración y para
ello está la música, que debe ser suave e inspiradora.
Cuando estén ansiosos y
casi desesperados de que ocurra lo inesperado, leales un cuento;
antes debió practicar en casa la voz de los personajes, el ritmo del
texto, la entonación de las frases, las pausas; recuerde que su
trabajo como lector es darle vida al texto que está leyendo y que su
mayor compromiso es decirle a los niños a través de la práctica,
del ejemplo, cómo se lee.
Al terminar de leer no
dañe ese momento mágico que se crea entre el niño y su
imaginación; no pregunte las boberías de siempre: ¿qué les parece
el cuento? ¿qué entendieron? ¿qué debemos aprender del cuento?
¡No!, insisto, no estropee con los pies lo que hizo con el corazón.
Si quiere enseñar lecciones de moralidad, historia o cualquier otra
área, use la educación y tenga mucho cuidado al emplear el arte
como herramienta de aprendizaje. Muchos han pretendido favorecer el
acercamiento entre el hombre y el arte, pero lo que han conseguido es
alejarlos. Recuerde que para enseñar está la educación. La
literatura, aparte de estar dirigida a los sentidos, fue creada para
recrear el mundo y en especial para estimular la imaginación, la
creación y la crítica.
Si no sabe leer,
¡aprenda!, recuerde lo que dijo Simón Rodríguez, nadie hace
bien lo que no sabe. Rodee al niño de libros y nunca les hable
de lo que quiere evitarles, sino de lo que quiere que sean cuando
hombre. Refiérale las hazañas de los libertadores, cuéntele las
peripecias de los grandes hombres, despiértele la curiosidad por la
construcción de las obras inmortales, viaje con ellos narrándoles
aventuras de viajeros ilustres, enséñeles el poder de la
imaginación que para eso sirve la literatura, para enriquecer las
vivencias, para estimular los sentidos, para ayudar a entender el
mundo que nos rodea.
Recuerde que pensamos con
ideas y que cada palabra tiene una imagen que la representa; hábleles
en clase de situaciones concretas, de personajes ejemplares, que se
hagan la imagen de lo que les cuenta, que esas imágenes funcionen
como detonantes de la curiosidad, evite ser abstracto y cuando
consiga una palabra desconocida enséñelos a usar el diccionario
que, por cierto, sirve para dos cosas nada más: para ver cómo se
escribe la palabra y lo que significa.
Tenga en el aula libros.
Construya un rincón de lectura. Organice visita a bibliotecas,
museos o sitios que le permitan conversar con ellos. Dedíquese a que
aprendan a escuchar, para ello cuénteles historias interesantes,
hábleles de libros misteriosos, imite la voz de los personajes, el
sonido del animal, ayúdelos a desarrollar su oído interno.
Oriéntelos en cómo observa. Si está hablándoles de las culturas
aborígenes, muestre, por ejemplo, un objeto que los sorprenda: ¡un
hueso! y cuente lo que hacían las etnias con él, la utilidad que le
dieron. Haga que desarrollen la capacidad de describir y despertará
en ellos el ojo interno.
En cada acto de lectura
estimule sus sentidos, que observen, que escuchen, que huelan, que
palpen, que saboreen. Diríjase al corazón de ellos desde su propio
corazón y ganará lectores, ganará niños felices y un día
recibirá su recompensa. Invierta tiempo en su formación: lea,
viaje, extasíese con un bonito paisaje, disfrute de una película
motivadora, comparta un café con algún amigo, enamórese menos de
las cosas y más de las ideas, aprenda a sentir y a disfrutar de cada
momento y luego transmita lo que vive a través de sus clases, de la
lectura, conviértase en el protagonista de su salón para que la
plenitud lo arrope y lo convierta en lo más especial que tuvieron
los niños.
*http://Jesusperezsoto.blogspot.com
Me encanta leer las publicaciones de Jesús, siempre mucho que aprender y reflexionar.
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