lunes, 23 de junio de 2014

La lectura como acto de recreación para la comunión


                                                                                                                    Yony G. Osorio G.
                                                                                                                                                                           
Parte I    
                                          
Todo acto de lectura verdadero y placentero implica la comunión con la palabra,  flujo amoroso que nos invita a la recreación. Por lo tanto, incita al viaje pleno de experiencias, a compartir puntos de vista y a examinar miradas enaltecedoras e inéditas. Líneas de acción que pueden confluir en torno a un personaje tomándose en cuenta su nobleza, heroicidad, quijotesca existencia, simbología, las circunstancias del ser, muestra de la tensión suscitadas en los personajes, su caracterización sociológica, psicológica, económica, el tema planteado, el estilo o simplemente la pasión que agite el contexto en donde se desarrollen los hechos. Todo ello, consecuencia de aquel estado anímico que genera el movimiento de la escritura por ende el acto lector como recorrido hacia ese encuentro amoroso. Es esto, quizás, lo que podríamos descubrir, entre tantas otras cosas, en la lectura como viaje que realiza el escritor David Figueroa Figueroa, ejerciendo el acto de lector consumado, amoroso y que, en nombre de la amistad profesada a sus escritores preferidos en el deseo de estar perennemente en contacto y conversación sobre los libros, le dedica a la lectura recreativa del cuento “Paco Yunque” escrito por César Vallejo, texto aparecido en la Antología de cuentos americanos compilada por Leoncio Salvador Cárdenas, antólogo de la patria hermana del Perú.

El libro Viajando a través de Paco Yunque cuenta con una presentación del escritor de la Azulita, estado Mérida, José Gregorio González Márquez, quien sostiene en el mismo orden de apreciaciones compartidas en cuanto al ejercicio de la escritura y la lectura que:   “La palabra en voz del poeta marca los caminos que recorre desde su creación como posibilidad de expresión. Más que una emoción que quiebra los espacios interiores del hombre, la escritura se encadena a la existencia humana para derramar su fascinación y así, mantiene un corpus de vitalidad que maravilla a los seres humanos. Toda escritura representa movimiento. Sea pendular o circular, temporal o atemporal, permite el desarrollo de acciones cuyos protagonistas marchan al ritmo que les impone el autor”. 2.
La primera estación que tuvo este libro fue en una de las sedes del “Espacio Ciencia y Cultura de la Alimentación” de la UNEY, ubicada en la Av. la Fuente en el cruce-esquina  que va hacia la UNEFA, San Felipe, estado Yaracuy. Allí se realizó la presentación, gracias a la generosa cruzada institucional: Gabinete Ministerial de la Cultura del Estado Yaracuy-ICEY-UNEY. Aunque ya esta obra había trascendido la frontera venezolana vía autopista electrónica remontando los andes peruanos. Así que la segunda parada sería en la propia tierra del poeta César Vallejo, su amada Santiago de Chuco, Perú. Esto en razón de que pronto estaría recibiendo una Orden como reconocimiento en el marco del XV Encuentro Internacional “Capulí, Vallejo y su Tierra”, por haberle devuelto el amor a la literatura y poesía de Vallejo al realizar un recorrido por las líneas del cuento “Paco Yunque”.
Este escritor yaracuyano se sintió tentado a saborear este cuento, primero, en virtud de su recorrida trayectoria por los senderos de la literatura infantil y, por otro lado, lo tocó el personaje oprimido diseñado por César Vallejo, expresión de la palabra de la orfandad y el dolor de la humanidad, rasgo del temple que habita en este personaje radiografiado por la psiquis profunda vallejiana y que no dista de los temblores del alma, morada y sustancia que asedia  en este poema: 
          “Hay golpes en la vida, tan fuertes…Yo no sé!
          Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
          la resaca de todo lo sufrido
          se empozara en el alma… Yo no sé!  
          .……………………………………………….
          Y el hombre… Pobre…pobre ¡Vuelve los ojos, como
          cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
          vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
          se empoza, como charco de culpa, en la mirada”. 3.

EL DESPERTAR DE UNA LECTURA: PASAPORTE O METÁFORA DEL VIAJE EN COMO ACTO DE RECREACIÓN PARA LA COMUNIÓN

PARTE II

Parte el poeta David Figueroa Figueroa de una lectura exploratoria y se aventura  guiado por Paco Yunque-Vallejo descendiendo y desplazándose en la geografía interior, para adentrarse y mirar-se en el espejo de la historia de una opresión. En verdad, el desarrollo del cuento como tal (“Paco Yunque”), escrito por César Vallejo, se circunscribe  a la relación dialéctica opresor-oprimido. Desde el comienzo del relato ya se transpira una atmósfera de tensión entre protagonista-antagonista hasta la más cruel e intolerante demostración de humillación proporcionada a ser humano alguno. Sus personajes fluctúan entre: el hijo de un padre poderoso, Humberto Grieve; un padre-patrón de la familia Yunque, gerente de los ferrocarriles de la “Peruvian corporation” y alcalde de ese pueblo; Paco Yunque, protagonista clave-central, signo, símbolo y síntoma del hijo-pueblo oprimido. Otros personajes actúan como ayudantes en su rol de cómplices y complacientes de quienes ostentan el poder y los que representan la resistencia, amistad, solidaridad y amor a la libertad. Allí se experimenta toda la anulación del ser inducida desde la psicología del miedo en un escenario donde predomina el contraste campo-ciudad; pero es en la escuela donde se exhibe la “cátedra del dolor” o se cuestiona el desempeño del “sadismo en la enseñanza” o la práctica del “mensaje-mensaje”.
Ahora bien, en Viajando a través de Paco Yunque el educador y poeta David Figueroa Figueroa, apasionado lector del escritor peruano César Vallejo, se propuso un ejercicio de relectura transfiguradora, aprovechada la riqueza de los elementos estructurantes que nos suministra la ficción, pretexto que le permite trazar un camino orientado al reconocimiento de la trayectoria de César Vallejo, claro está, porque también este yaracuyano guarda en la memoria de la piel las vivencias de haber visitado la tierra, la casa, la escuela donde vivió  y estudió Vallejo. Además de haber leído su obra nos acerca al universo poético del autor de Los heraldos negros, Trilce, Poemas humanos, “España, aparta de mí este cáliz, entre otros escritos. Así que la manera de abordar el trabajo emprendido es un intento compartido y aparejado al personaje Paco Yunque-César Vallejo-David Figueroa, quien se desliza entre trincheras y que igualmente con nostalgia nos muestra cómo un joven asumió la condición de ser poeta inspirado por su otro yo, es decir, desdoblándose. De allí que la senda promovida se inicie bajo el juramento que prefija la meta de ser poeta, y en esta crónica aliñada de intervenciones sutiles de diálogos indirectamente libres, citas de Vallejo, de amigos escritores y teóricos de la escritura nos presenta el prototipos de su “ser de palabras” que abrirá las páginas de este libro: “-Por mis padres y los creadores del mundo, confieso que seré un poeta y el mismo César Vallejo me dará su bendición. Así que lo primero que haré será visitar la biblioteca para comunicarme con árboles, animales y cosas. También escribiré en mi cuaderno cualquier ocurrencia, por cierto, él para mí es una joya ya que me acompaña desde que estuve en la escuela”. 4.
 La imagen de Paco Yunque retomada por David Figueroa está asociada a un cuaderno o la página en blanco, instrumento donde vaciar para poblar un mundo imaginario. “Ser de palabra” que sobrevive a las circunstancias de toda prueba. Sus primeros escritos fueron poéticos, lo que prefigura el espíritu andariego de soñador infinito que se presume. Ceñido éste al verbo witmaniano que se instala en los fueros de la infancia, abrigando el poder de la palabra que todo lo trastoca, desde la transparencia hasta lo inefable, pero bajo el pulso y la mirada fija de Vallejo. En tanto, lo deseado gira alrededor de una triada: madre, padre y el alma de César Vallejo. Mas dicho traslado no dejó de ser objeto de los libros, como pasaporte o metáfora del viaje en torno al despertar de una lectura como acto de recreación para la comunión. Tal vez, finalmente, le encontremos sentido a la expresión del escritor mexicano Octavio Paz en cuanto a que: “Leer es viajar a través de la infancia”, frase implícita en esta aventura de leer experimentada por David Figueroa Figueroa.          
Anotaciones:
1.     David Figueroa Figueroa. (2013). Viajando a través de Paco Yunque. San Felipe, estado Yaracuy: Producción artesanal en colaboración con Radamés Giménez. p. 8 (Texto atribuido al personaje Paco Yunque, pero que en realidad es de David Figueroa F.).
2.     Obra citada I. (Presentación de José Gregorio González Márquez).
3.     Ibídem: 14.

4.     Ibídem: 6.

No hay comentarios:

Publicar un comentario