José Gregorio González Márquez
El
libro ha representado por siglos el vehículo dilecto para trasmitir
información, conocimientos y placer. La lectura de un libro cuando se realiza
con amor, abre las puertas del inmenso firmamento de la imaginación. El lector
agarra un libro para adentrarse en mundos desconocidos. Desde la incertidumbre
camina por sus laberintos para descifrar
la magia que el escritor ha escondido en sus páginas. Cada hoja es auscultada con
el goce de quien descubre vida en un territorio inhóspito, o escucha por primera
vez el latido de la existencia.
Han
existido muchos formatos del libro. En la antigua Mesopotamia se utilizaron
primitivas tablillas hechas de arcilla para resguardar el conocimiento. Luego
el papiro egipcio revoluciona la forma del libro. Con esta técnica se logra la
elaboración de un rollo que facilita más su lectura. Pero, con la aparición del
códice comienza a forjarse la visión del libro tal como lo conocemos en la
actualidad.