Pintura de Carol Ann |
Un
hombre está colgado
en
el umbral de mi puerta;
otro
cuelga del quicio de la ventana,
un
tercero del borde del espejo
y
otro más
cuelga
del poste del alumbrado.
En
los ojos abiertos del primero,
se
mira la imagen de un niño aterrado,
el
segundo parece cantar,
pero
de su boca
solo
emana un vaho gélido, desamparado;
En
el pecho del tercero
se
escucha el rumor de un mecanismo descompuesto,
y
de las manos del último, cuelga mi voluntad