Juan
Domingo Argüelles
La
lectura, como un simple tema coyuntural (cada 23 de abril en el mundo
y cada 12 de noviembre en México), tiene mucho de discutible y de
fingido. Me recuerda las celebraciones que se hacen a la mujer y a la
madre, a quienes se les homenajea el 8 de marzo y el 10 de mayo,
respectivamente, a cambio de ser olvidadas, relegadas, ignoradas o,
lo que es peor, maltratadas y vejadas, en los demás días del año.
Si la mujer, la madre y la lectura son de veras tan importantes, como
decimos, tendríamos que celebrarlas todos los días.
La
lectura tiene que dejar de ser un tema de oportunidad y de discurso
oportunista para convertirse en una realidad cotidiana. Tiene que
dejar de ser simplemente un tema para convertirse en un asunto de
todos los días. Cuando ya no necesitemos insistir tanto en la gran
importancia y en los enormes beneficios de la lectura, sabremos
entonces que leer es de veras importante y que nos ha beneficiado.