Galo Guerrero Jiménez
Largas noches de verano, largas noches de lectura. Lidia Tomashevskaya |
Un maestro, un amigo, los padres de familia, son los mejores mediadores, divulgadores y promotores de un buen libro, de una buena lectura, de una historia o de un asunto determinado bien escrito. Claro está que quien lee un libro que le conmueve, siempre sentirá la necesidad de comunicárselo a alguien para que emprenda en esa noble tarea de leer con ese mismo entusiasmo. El hechizo de una buena lectura es como el hechizo de una buena película, de un vídeo, de una telenovela: el lector-vidente se entusiasma tanto que quisiera que todo mundo lea ese libro o ese texto que tanto le conmueve.