Carlos Yusti
Pintura de Francine Van Hove |
Uno de mis libros predilectos, y que llevo siempre en mis mudanzas/andanzas domésticas, es el Índice de libros prohibidos. El ejemplar que poseo está en latín y fue un obsequio de mi amigo y profesor de castellano y literatura Humberto González. Lo tengo entre mis libros preferidos por la sencilla razón de ser una advertencia sobre la estupidez humana, de ese razonamiento intolerante y de ese espíritu censor que emana siempre de cualquier estamento de poder sea religioso o político.
Esa idea de que algunos libros son peligrosos y pueden torcer la mente de los individuos siempre me ha parecido un chiste pésimo, pero que algunos se toman con una irracional vehemencia; provocando no sólo la quema de algunos libros, sino la persecución, el boicot y (a veces) el asesinato de los autores de dichos libros.
Hace algunos años en Alemania se desató la polémica debido a que una editorial había decidido reimprimir Mi lucha, ese exaltado manifiesto que mezcla resentimiento, algunas ideas y brochazos