Adioses
azules
Acaso
los adioses envueltos en fábulas azules nos despierten un día de
los sueños y estemos sentados en algún camino esperando la vuelta,
apartados de risas disolubles, en franca armonía con nuestras cosas,
desmitificando el instante impreciso cuando atravesamos el recuerdo y
tomados de la mano en el oscuro vuelo, depositamos la primera flor en
el vientre de la brisa.