David
Figueroa Figueroa
“La
poesía no ha sido escrita para comentaristas o críticos, sino para un ser
tierno, inocentísimo y
profundamente interesante: el lector”
Dámaso
Alonso
Va este trabajo como un acercamiento al
poemario Falso ejercicio del escritor merideño José Gregorio González Márquez, libro donde tiene presencia el
erotismo, palabra siempre unida a la carne y la imaginación. Para los
estudiosos el erotismo es una tendencia literaria, allí privan los asuntos del
amor entrelazados con otros elementos. Se diferencia de la pornografía porque
su objetivo no es excitar al lector ni despertarle pensamientos lascivos, sino
incluir el amor y el sexo en el contexto literario con la intención expresiva y poemática.
Desde el comienzo el poeta nos introduce
en el mundo de lo sensual, en el universo de Eros donde los dardos o flechas de
Cupido se vuelven soles en Venus:
“Me
escondo
bajo
los estigmas del espejo
mi
corazón espía
el
tránsito de tus caderas
La
piel trasnochada se desangra
y
desde sus rincones
anuncia
tu nombre.”
Leyendo el texto observamos que el autor
toma muy en cuenta a las figuras retóricas, por ejemplo: Mi corazón espía, (Humanización). La piel trasnochada se desangra, Metáfora. Otro ingrediente que
conseguimos en los textos, es que la palabra corazón ocupa un lugar
a veces preferencial, tal vez porque sin corazón solamente seríamos
árboles sin flores y menos con frutos. El YO le da rondas al libro por todas
partes, bien se pudiera decir que es algo autobiográfico, cuenta el poeta sus
travesuras a través de cierta lírica y usa imágenes donde predomina lo visual,
sin indudablemente lo evocativo.
Con precisión lo denota el escritor Rafael Arráiz Lucas: “Quien ama está saliendo de sí
mismo buscando otra alma en igual disposición. Abandonarse, olvidarse,
entregarse, desfallecer en los brazos del otro, son los actos del enamorado”. Sobrada
razón le damos, puestos que los sentimientos nacen, crecen, no es que mueren,
es que llegan a otras manos amorosas.
Sigamos con Falso ejercicio:
“Mi
corazón es un hotel
con
infinitas habitaciones
asediadas
por tu silencio.”
Fíjense en el poema anterior y me darán
más de mil veces la razón, cuántos días y cuántas noches caben en ese
dispositivo llamado corazón, pero más si estamos enamorados, él se transforma
en un cielo con estrellas infinitas, con la diferencia que sólo nos alumbra una
sola, presente o ausente. Cuando digo desaparecida es porque en ese momento no
está allí en carne y hueso, pero cómo late en los ríos de la sangre, el corazón
hecho un cosmos de gigantesca existencia.
Innumerables poetas se han dedicado al
tema en cuestión: “Levántate ya, amada
mía, hermosa mía y ven. /Porque, mía, ya ha pasado el invierno, /y las lluvias
ya han cesado y se han ido”. Versos que encontramos en El cantar de los cantares
del sabio Salomón.
“No
es juguete del tiempo, aunque los labios/ y mejillas dobléguense a su suerte/
no le alteran ni el tiempo los agravios/ pues su reino no acaba con la muerte”.
Fragmento
de un poema del escritor inglés William Shakespeare.
Todos los textos citados tienen como
asunto primordial a ese ser cuya presencia jamás se aleja de nuestra mente, ya
sea despierto o dormido, dando la visión
que en todas épocas, (Ella) es la nube que nos trae la lluvia, es una especie
de musa donde se conjugan el pasado, el presente y el futuro, allí nadan los
peces que tarde o temprano se convertirán en recuerdos que bien pueden ser
agradables o espinas hirientes que cuestan sacarlas de la memoria. ¿Y cómo se
extraen algunas de la mente?. La respuesta
nos la dan los bardos que con la palabra erguida la colocan en la tierra, en la luna o más
allá…
Estamos otra vez con el poemario Falso
ejercicio:
“Tu
nombre respira
en
la palabra nunca
antecede
la ausencia
irrumpe
en mi costado
herida
arrastrada
desde
la mis latitudes de peregrino.
Tu
nombre vence
la
espiral del tiempo
traduce
las mañanas
inverna
entre mis brazos.”
Casi todo el poema es una hipérbole, desde el principio al final
la exageración toma espacio y como arte
de magia aterriza en las articulaciones del poeta. Es la propiedad más
sobresaliente del creador, utilizar como elemento trascendental la ubicuidad,
darle a los cuerpos raíces para que puedan agrandarse en cualquier parte, sin
olvidar que la poesía es nacer-haciendo,
es la palabra que tiene el poder de encantamiento, tal como lo afirma el gran
Homero. Parece indicar el texto estudiado que llegaba el día y la noche, la
noche y el día y aquella luciérnaga siempre estaba presente, luz convertida en
un reloj dando sus horas a cada momento.
“Te escribo
Desde
las ventanas del sueño
el
pasado deja enterradas
las
promesas jamás cumplidas
algunos
sonidos se reinventan
para
darle vida a un poema
que
nunca leerás
inconclusa mi pasión
refractará el horizonte
volverá
a sumirse en el destierro
y
callará con la brisa de febrero.”
Me fascina el texto ya que desde el
comienzo el vate deja rodar la metáfora como una cascada en un río cristalino, es
un espejo que retrata el poder maravilloso de quienes navegan en los mares del
arte no tan fácil de la poesía. Su sumerge el creador en los tiempos de la vida
para regalarnos un cosmos que juega entre lo real y lo irreal, es decir lo
fantástico con su faz de ser bifronte. Bien podemos extraer varias figuras
literarias que considero perdurable en los versos y en el tiempo”. Desde la
ventana del sueño” (Metáfora). “Las
promesas jamás cumplidas”, (Hipérbole), “Inconclusa
mi pasión”, (hipérbole), “Callará con
la brisa de febrero”, (metáfora).
Donde exista el amor, el recuerdo, lo
erótico y otras actuaciones que involucre al ser humano, estará también, indudablemente
el Dios Baco, acompañante de buenos y malos momentos. Ahora leamos algunos
versos que permiten observar la presencia de tan importante visitante: “Extraviado/ en una botella de vino/ reconfiguro
el mapa de los temores/.” “/Te lego mis manos de tristeza/ ahogadas de vino /intrusas
para la poesía/”. “/Ofrendo a tus tristezas/ una botella de vino/ un cielo de
abril/ y mis desolaciones”
Por cualquier sendero que ande la poesía,
conseguirá quien la tome de las manos y la lleve al vuelo, transfigurada en
golondrina o gaviota. Es la huella perdurable de los signos llevados al papel, gracias
al invento mágico y consciente del verso. El gran poeta y escritor cubano,
Lezama Lima, nos lo confirma: “El poema
es un cuerpo resistente frente al tiempo y al poeta es el guardián de la
semilla, de la posibilidad, del potens (la posibilidad infinita)”.
Varios textos gozan de una brevedad tal
que podemos leerlo y memorizarlo en un
lapso resumido, es el caso:
“Te
deseo invisible lejana
en
las cenizas de mi tiempo
horadando
la morada
que
el fuego acecha
desde
mi angustia”
Laconismo que en nada le quita el valor
a la creación, recordemos que los japoneses en diecisiete sílabas pintan un
mundo casi perfecto, me refiero al haiku, también anotamos aquí al texto
Limerick que solamente goza de cinco versos.
Termino esta ojeada a Falso
ejercicio con un texto que escribí hace algunos años:
“Cuando
la carne se acalora
la
vida multiplica su quehacer.
Entonces
la palabra se agiganta
y
con el vino cabalga la lejanía.
Cabalga
la lejanía”….
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González Márquez, J. (2016). Falso ejercicio. Caracas: Grupo Editorial Negro sobre Blanco
¡Felicitaciones, José! Qué sugestiva la portada.
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