“Hay un instante
en que todo calla”
Luis Alberto Angulo
David Figueroa González
David Figueroa González
Poeta Luis Alberto Angulo |
La vida nos acerca, como la gravedad que por su naturaleza atrae a las cosas, así vamos conociendo personas, algunas veces de manera personal, otras; tenemos la oportunidad de toparnos con sus obras, pero en ciertos casos, se tiene la suerte de conocer la obra y también a sus autores, es ese precisamente lo que en estas líneas que me gustaría resaltar. Como es el hecho de haber conocido al escritor Luis Alberto Angulo primero por sus libros y luego personalmente en la ciudad de Barinas en una reunión de la Red de Escritores.
Luis Alberto Angulo, hombre sencillo y de buen humor, siempre dispuesto a la tertulia, nos regala en sus escritos una visión filosófica de la vida y con gran profundidad vital; incluso desde sus primeros poemas logramos apreciar esas características así lo apreciamos en el poema “Distancia”, el mismo pertenece a la antología de la casa sola (1972-1979):
“Uno pasa y no sabe
sobre la vida y el tiempo
Escucha el ala
y la brisa
y la memoria
Uno es del
torvo acantilado
la espuma d la ola
Es distancia
desde abajo
y para el cielo infinito
Sólida materia
terrestre y dura.”
Ahora bien como lo manifesté al comienzo conocí a Luis Alberto por sus escritos en ellos he disfrutado de una pluma lírica que embriaga los sentidos y traslada la imaginación a mundos pluridimensionales donde manifiesta una trinidad tiempo, alma y nostalgia que se fusionan, en este sentido en el texto que da título al poemario “Una niebla que no borra” observamos lo planteado:
“Totalidad liquida del tiempo
Río volátil con huella de mañana
y asombrada tarde alargándose nocturna
un paso en línea recta
para quien naufraga, niebla,
en tus orillas”
El escritor Juan Calzadilla manifiesta del poeta lo siguiente “su obra gira en torno a cuatro o cinco grandes ciclos temáticos, en los cuales se funda un realismo de la visión cuya piedra angular nos remite….a través de textos breves o fragmentarios al tiempo ido, a la infancia campesina, a la fascinación del paisaje o los recuerdos paternos…” De esta manera, en los siguientes versos de Mi padre de Ochenta, el cual pertenece al libro “Antípodas” se valida lo expuesto por Calzadilla:
“mi padre de 80 es un viejo hermoso
de juventud plena de 37 de mis 43
de mis 15 a la vez de padre de su nieto
es poeta e inventor desde pequeño
su vocación de sabio le permite hablarnos
en silencio o a toda voz cara a cara
monta caballo a la manera de jinetes
nacidos encima de sus bestias
trabaja de sol a sol con una alegría
que siempre he de envidiarle
se enamora con frescura fácilmente
pero su amor y su amistad tienen su tiempo…”
En las palabras del escritor Luis Alberto Angulo se respira una armonía romántica que eleva los corazones como las olas en la mar, su pluma es una gaviota que se entrega en las páginas de sus escritos y así regalarnos un viaje al amor idealizado y en las Líneas de Mar y vino, el cual es parte del libro De norte a sur disfrutamos de esos elementos que nos pasean por la sensualidad y pasión amorosa:
“vino el celacanto y se fue
me embriagó su ausencia
no existe nada más profundo
que el olvido
un minuto de luz lo vale todo
no vale nada
vino la noche con ella
del mar y tierra y yo en el aire
vino del mar salobre
al encuentro con mis olas”
En el ensayo titulado “Arte y Ciencias” de José Iraides Belandria nos explica que como la geometría se relaciona con la literatura y este caso en especial con la poesía, así indica: “El Fractal es una estructura geométrica la cual describirse un caos aparente,” y luego en otro párrafo nos indica: “El poemario de Luis Alberto Angulo se titula justamente Fractal y en el las palabras se estructuran como esa disposición geométrica en el que se revela un caos y un orden escondido.” Especie de juego de palabra-tiempo donde el poeta somete sus versos a una linealidad que él mismo altera y llena de sentidos íntimos y la realidad se diluye en la memoria, la vida y la muerte. Muestra de ello la observamos en Nada que conseguir
“mirar hacia atrás o hacia delante sólo desde aquí
el pasado o el futuro puedes ver en el presente
real y vivo libre de añoranza y expectativa
silencia tu alma silencia tu mente
deja que brote de tu corazón
pequeño y simple
el universo entero
nada que conseguir
nada que buscar
quédate en ti como la flor
que no pregunta
y más allá y más acá del tiempo
es plena “
El poemario “Imágenes” del parque es un canto a la reflexión y a la metafísica, donde el hombre se hace palabra y el amor trasciende lo material, sus versos revelan el lado romántico-espiritual y filosófico del poeta; quien asegura “Quisiera perderme en el olvido/ y en el prodigio de amar/ permanecer aquí y ahora/ que cada acto sea una meditación”. Así mismo, el neurólogo y psiquiatra austriaco Viktor E. Frankl nos ilustra “El amor trasciende a la persona física del ser amado y encuentra su sentido en lo más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo intimo.” Es así como lo planteado anteriormente se observa en el poema “Tantra”:
“Piérdete en mí
amor mío
como yo me pierdo en ti
sé aquí mismo ahora
el universo todo
que muere y vive
en un instante”
El escritor José Carlos De Nóbrega nos indica “La Poesía del Decir es, si lo sabrá Luis Alberto Angulo, un diálogo libertario y comunitario a contracorriente del Poder que promueve el envilecimiento. Sólo así los peones de hacienda bailan joropo trancao con las sirenas que enamoraron a Ulises. ” Por lo que, en este libro “Poética del decir” observamos como el autor logra en sus versos mantener una relación espacio-tiempo del hombre y su entorno, quizás de esta unión proviene ese carácter humanista que disfrutamos en cada una de sus líneas, sensación de solidaridad-profética que surge en nosotros amanera de reflexión luego de disfrutar esta obra; hecho que en el siguiente poema titulado “La poesía del decir” podemos constatar:
“La poesía del decir puede ser de carácter metafísico, existencial, político, minimalista y explayada, puede incluso, tener un tono iluminado, reflexivo, prosaico, medido;
no hay, en realidad, cartabones que la limiten,
pero tiene que decir, manifestar, anticipar, sugerir, exclamar, advertir, descubrir, denotar:
es de naturaleza verbal y sustantiva más que adjetiva…
no se propone ser hermética, ocultadora, secreta o pura,
se reconoce en el habla, es inclusiva, plural, no es especializada; es inteligente e intuitiva al mismo tiempo…
su emoción mental está inserta en lo afectivo,
propone la fusión de géneros y el hallazgo común, hay un desplazamiento radical del yo literario
a favor de la creación…
es visual, rítmica, desdeña las convenciones a propósito de la imagen y la artificialidad versificadora
del “artefacto poético”…
es orgánica y está asentada como propuesta,
en el aquí y ahora de
“las cosas como son”.
Para concluir, leyendo algunos de los trabajos de Luis Alberto Angulo en especial el introito a Contrapunto barinés se observa que ni el tiempo que todo corroe ha podido arrancar del alma de este poeta sus pasos por la inmensidad del Llano venezolano, como diría el cantautor Pablo Milanés: “Cada paso anterior deja una huella que lejos de borrarse se incorpora”. Así sus orígenes de hombre de pie de Monte se conservan en sus escritos bañados por la biodiversidad de estas tierras las cuales se incorporan armónicamente a sus palabras, ellas le permiten al autor unir todos estos elementos en un solo canto, o como el mismo manifiesta:
“Rudo canto e historia larga y extendida, como la sabana que canta, las coplas de Viento barinés… Recuerdo que fueron intensos días de faena creativa sobre su pequeña máquina de escribir. Él fue en aquel recorrido de patrón y yo de acompañante, al igual que como cuando tantas veces viajé de niño como copiloto, en su vieja camioneta Willys hasta las sabanas de San Lorenzo, cerca del pueblo de El Real en el estado Barinas.”
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