Gyglia
Morán
La
poesía social desde hace algún tiempo se define como poesía de
sentido narrativo, y de carácter neo-épico y dramático,
identificándose con la narrativa, la épica y la dramática. Sin
embargo, desde el punto de vista de pura poeticidad del mensaje y
desde la especifidad de los géneros literarios se puede cuestionar
las dimensiones lirica de los expresados sociales, y es aquí donde
cabe la pregunta ¿se relaciona la poesía social con la poesía
lirica?
José
Ascunce se refiere a la poesía social como poesía doctrinal, siendo
sus finalidades el adoctrinamiento de un receptor categoría
colectiva y de naturaleza popular. Se llega al destinatario a través
del mensaje doctrinal, respondiendo a este o supuestos gramaticales y
significativos parea propiciar la claridad de las ideas expuestas,
facilitando su comprensión. Según este planteamiento, la
literaturidad de este mensaje queda limitado por la finalidad
supeditando el arte a la doctrina y la expresión a la recepción,
poniendo en tela de juicio el subjetivismo lirico de los enunciados
sociales.
La
poesía es la luz parta quien la lee o escribe. Es un canto que emana
de la profundidad colectiva e individual del hombre, pacifica o
violenta, amorosa o de despecho, de vida y muerte, de protesta o
sumisión a un sistema de creencias que admite cualquier relación
con su entorno cotidiano.
Hablar
o escribir de poesía, enmarca una formación implícita y
autodidacta del poeta, pues con estudios y sin ellos, el poeta
desarrolla la sensibilidad lirica iniciando el camino de la expresión
de sus ideas (colectivas o individuales) que lo contacta con sus
luchas internas (miedo, odio, venganza, felicidad, desamor, pasión,
depresión, amor, soledad, etc) y externas (creencias políticas,
raciales, sexuales, económicas, etc.) elevando toda esta sucesión
de emociones el plano lirico bajo su criterio, arquetipo o símbolo
con el cual se identifique.
La
subjetividad de la poesía social no radica en adoctrinamientos,
pues no existe adoctrinamientos o apegas totales del hombre cuando
lee y escribe poesía, pues se vuelve critico ante diversas posturas
por mas radicales que sean, logrando un equilibrio entre su realidad
y la fantasía que cualquier símbolo o arquetipo pueda causar.
Mucho
se habla del hecho social como cambio profundo-interno del hombre
(individuo) para luego ejecutarlos en su entorno cotidiano, bajo el
parámetro moral o ético que su psique y sus vivencias dicten, pero,
poco se menciona a la poesía social como hecho social que trastoca
el ser interno-emocional y que ha permitido a través de los tiempos
un cambio que ha influenciado la metamorfosis de la poesía desde su
estructura lirica, hasta los cambios en el mismo genero tanto en su
lectura como escritura, y esto puede considerarse como un cambio
social desde el hecho literario transformando el hecho poético y al
poeta mismo.
Defiende
Ascunce, el exceso de simbología o de hecho arquetípicos al que se
aferra el poeta cuando se refiere a la poesía social. Destaca
también, el uso permanente de las palabras hombre, luz, paz, para
definir las luchas sociales a los que se encuentran “sometidos”
para el logro de una libertad relativa.
Sin
embargo Roberto Juarroz en su Poesía Vertical, expresa que la poesía
la vive el poeta como una explosión del ser por debajo del lenguaje,
con cuatro elementos básicos: explosión, ser, lenguaje y debajo,
definiendo al poema como expansión abrupta de una realidad
fundamental que se genera a través de las posibilidades subyacentes
a la expresión verbal y no solo por el medio de la capacidad
significativa inmediata.
El
mismo Juarroz en Poesía y Creación, intenta definir la poesía como
organismo incompleto, palabra y silencio, necesidad de renuncia, una
aventura necesaria, todo comentario a una poesía se refiere a
elementos circundantes a ella: estilo, lenguaje, aspiraciones,
sentimientos, sin referirse a ella misma, por lo tanto la poesía es
una aventura en absoluto.
Lo
anterior puede afirmar que la poesía social es necesaria para logra
el afianzamiento de la identidad individual y colectiva del hombre,
del ser pensante y sintiente, critico, con experiencias de un hecho
cotidiano, que lo llevan a percibir estados anímicos de explosión o
implosión y de ese hecho individual e intimo donde se gestan
cambios profundos que trastocan la vida social del individuo y por
ende de su entorno social y de la poesía misma.
Para
muchos, la poesía social conlleva a la divinización del hombre, la
utopía del ser libre que logra elevar su voz de protesta ante lo que
considera injusto adaptándola a la visión lirica del hecho poético.
Para María Zambrano escribir lo que brota, es una reacción urgente,
apremiante, por que algo nos apremia, y el apremio llega de fuera, de
las trampas en las que cada contexto pretende cazarnos, y la palabra
nos libra.
En
Venezuela los cambios sociales generados a partir de 1960,
favorecieron no solo las transformaciones del hecho social y
político, sino también en le hecho literario, transformando también
la poesía clásica en poesía con diferentes cargas
semánticas-poéticas-agresivas en el terreno político, y es de allí
que la poesía social libra esa lucha permanente por ser escrita,
leída, estudiada.
A
manera de conclusión se puede decir que la poesía social es
indefinible como la vida, la muerte, el amor, y otros tantos
sentimientos que se viven a diario, es indefinible por que proviene
del fondo explosivo de un hecho interno del individuo, que lucha y
trabaja con su cotidianidad, y no es adoctrinadora por que libera de
las estructuras, sistemas y creencias sociales, y a la vez te motiva
a elevar, manifestar y generar cambios tanto internos como externos
con lirica y ritmo, en prosa o en rima, pero siempre como hecho
poético, como hecho social, como poesía social.
REFERENCIAS
BIBLIOGRAFICAS
Ascunce,
J. (1986) La
poesía social como lenguaje poético.
Universidad de Deusto. Centro Virtual Cervantes (documento en línea)
Juarroz
R. (1980) Poesía
y Creación, diálogos con Guillermo Boido.
Ediciones Carlos Lohle. Argentina.
Juarroz,
R. (2008) Poesía
Vertical.
Edición Digital. Intercoach. República Dominicana.
Tiamo,
O (s/f) Literatura
y política en el Techo de la Ballena.
Universidad de Carabobo.
Zambrano,
M. (1934) ¿Por
qué se escribe?
Revista de Occidente. Tomo XLIV. P. 318. Madrid.
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