lunes, 7 de mayo de 2012

Dos textos de Samuel Feijoo




LO QUE ESCRIBE LA MANO SIN MENTIRA

Giorgio de Chirico. Historia y melancolía de una calle
El justo libro mejor, el libro que da vivo lo que cobijan justos signos, portando el fuego humano que los pronuncia, se adora como el físico pan. Magia utilísima de la escritura que el hombre se ha creado, paciente, limpio y codicioso. Magia real del cruce de un pensamiento humano a otro, en las edades; magia de la comunión de los pensares o de la hermandad grande por la letra.
Los vuelos de poesía o sea: de vida con la ondeada luz que en el hombre sabe estar, rigen la sabiduría pacífica del mejor libro. Sentido este como un alimento que va a la mesa, que a nadie envenena. Como el fruto que los dientes rasgan. Un zumo, una delicia. Pan dorado.



LA LUZ VISTA


Mucho he deseado para mi poesía escrita la luz de la isla que habito, en la forma en que la habito, libre y hondamente ligado a sus bellezas, a su geografía más íntima y sensible, recontándola, recorriéndola, habitándome hallándome de ella, por ella andando en valles, arroyos, bosquezuelos que se hurtan, viendo las gaviotas ya esfumadas en las cayerías o la ola suelta en ondas vibrantes por pequeñas playas de rojos mangles.....
Luz de innúmeras formas en cada objeto que toca; imágenes mudas dejando su sedimento en la memoria, día a día, sin cesar......
Giorgio de Chirico. La Torre Roja
A veces, lejos del deseo de dominarla, al escribir como pájaro cantor de ella, la he visto surgir callada en demasía.
No es mentira la luz de fina santidad que el poeta mira. Esos oros que sólo por la luz circulan, que van del ojo de la luz al ojo, ganado en ella, del poeta, no mienten. Se dora la naturaleza humana en la isla. Caen en haces que se abruman se tornan niebla de sonido por visiones lejanísimas. Cuando el poeta siente el deseo de conservar un poco, en la escritura que puede hacer, la belleza intensa del tiempo en él, cuando va a trabajar con su deseo, se encuentra el lingote de la letra, frío. Porque ya la luz vista es, para la escritura, ilusión descontenta.

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