domingo, 14 de mayo de 2017

Sandra Cornejo: “El dolor humano, el dolor del cuerpo, lo tendríamos que comprender y asimilar de un modo más solidario”

Entrevista realizada por Rolando Revagliatti


Sandra Cornejo nació el 14 de abril de 1962 en La Plata, donde reside, capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina. Es Periodista y Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Nacional de La Plata. Obtuvo la diplomatura en el Posgrado de Lectura, Escritura y Educación (FLACSO: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Actualmente se desempeña en el equipo de la Dirección de Promoción Literaria  de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires.Obtuvo premios y menciones bonaerenses y nacionales. Con notas culturales colabora en el diario “El Día” de La Plata, entre otros. Es la responsable de www.tuertorey.com.ar. Publicó los poemarios “Borradores” (Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores; 1989), “Ildikó” (contratapa de Horacio Castillo, 1998), “Sin suelo” (contratapa de Diamela Eltit, 2001), “Partes del mundo” (contratapa de Hugo Mujica, 2005), “Todo lo perdido reaparece” (con prólogo de Mario Goloboff, 2012), “Bajo los ríos del cielo” (contratapa de María Teresa Andruetto, 2014). Ha sido incluida, entre otras, en las antologías “Poetas argentinas (1961-1980), “Antología de poetas argentinos II” (Free Verse Website 2009, Irlanda), “El verso toma la palabra” (México, 2010), “Poesía de pensamiento. Una antología de poesía argentina” (España, 2015).

Eduardo Gallegos Mancera: Voz de ancho río

David Figueroa Figueroa


                             “Para hacer esta muralla, traíganme todas las manos:
                    los negros, sus manos negras, los blancos, sus manos blancas”
                                                                                                           Nicolás Guillén

La vida de este  médico revolucionario, escritor y poeta, siempre estuvo llena de un sinnúmero de vicisitudes, debido a su inquebrantable posición de hombre entregado a la lucha en  pro de una Venezuela, donde la mayoría pueda disfrutar de iguales derechos.
Nos dejó libros de ensayos, monografías, entrevistas, poéticamente, tenemos: Ancho río, Alto fuego, (1975), Sol, solo sol, (1987), poemas,1987, Pico,pico solorico, poemas para nietos y el origami para una mariposa, (1993).
En este trabajo solamente me referiré al poemario, Ancho río, alto fuego, libro  traducido al ruso en 1980, aquí encontramos diez años de su producción. Al leer el poemario notamos que está pleno de solidaridad, un respirar humano va de página en página, siendo la nota  mayor el amor a carta cabal hacia todo aquello llamado pueblo, el  poeta con un lenguaje sencillo-sublime, y a veces lírico nos presenta universos poblados de seres

Gonzalo Moure, el asturiano de la ternura escrita

Laura Antillano


“Yo, que maté de melancolía al pirata Francis Drake”  fue el primer libro que leí de Gonzalo  Moure. Me fascinó. Lo compré azarosamente en el Salón del Libro que organiza el chileno Luis Sepúlveda en Guijón,  Asturias. Tenían una feria de libros con varios proveedores y en una mesa, entre muchas cosas, ese título me ganó.
Me lo leí en dos noches, me conquistó la historia y el modo de relatarla. Varios años después, en Quito, invitada por Leonor Bravo al Maratón del Cuento, conocí al autor de aquella novelita.
Gonzalo  Moure intervino el día de la inauguración y habló con equilibrio y emotividad de alguien que había sido amiga de muchos de los presentes  y a quién todos guardaban especial afecto, ella había fallecido hacia no mucho y le había contado de este evento en Ecuador, para el que él era tan nuevo como yo. Coincidimos después en el transporte que nos trasladaba a todos, y sentados juntos conversábamos de literatura, salió el tema de los piratas y salió el nombre de su libro y salió el de mi cuento “Tuna de mar”, igualmente dedicado en este caso, a una mujer pirata.

domingo, 5 de marzo de 2017

Casa de pájaro, novela del escritor Radamés Laerte Giménez

Yony G. Osorio G
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                                                                    “El pájaro acompaña desde su vuelo al niño, vestido de abandono”.
                                                                                                 (Pálmenes Yarza, 2006,  Antología poética: 110).

            “Estar más solitario que una sombra en una casa abandonada. Buscar el regazo en ese momento extremo cuando todo se va…encontrarse con ese miedo que siempre se ha querido negar. Abandonado. Abandonado”                                                        
                                                                                         (Radamés Laerte Giménez, Casa de pájaro, 2016: 52).




Radamés Laerte Giménez

El pájaro que mira hacia lo lejos trastorna la quietud del pupitre

En esta obra, Casa de pájaro (2016), editada por la Fundación Editorial Casa de las Letras Andrés Bello, con la que Radamés Laerte Giménez obtuvo el “Premio de Narrativa Salvador Garmendia 2014”, intuimos que nuestra mirada también se entrecruza tal vez con un disgregado personaje que se supone sentado en un pupitre. Este protagonista llamado  Edgar Alejandro, se nos muestra en un escenario como un ser absorto, retraído, distraído y  extraviado. Sustenta su lenguaje en actitud evasiva, vacilante y, a veces, se encuentra sumergido en la morada de la ensoñación. Podemos apreciar ambas situaciones en estos fragmentos seleccionados de un diálogo directo entre él y sus padres que escenifican típicas disputas:

LA OBRA EN LA CIRCUNVALACIÓN NO. 5 POR 0,25, AGUARDA UN CÓCTEL PARA LA MEMORIA

                                                                                                                  Yony Osorio 

                “Los que aún estamos vivos y retrocedemos en el tiempo para armar la ruta que siguieron nuestros   pasos descubrimos que nos movemos en un ámbito donde las formas fantasmales abundan y las fachadas  son escombros y nos ubicamos en una trama casi parecida a la de Pedro Páramo en la obra   de Juan Rulfo”.
 (Leo Alfonso Villaparedes, 2016:11).

Leo Alfonso Villaparedes
La obra En la circunvalación no.5 por 0,25 (2016), del escritor, narrador, cronista, artista plástico y profesor jubilado, Leo Alfonso Villaparedes, nacido en la Victoria (1941), estado Aragua, aguarda en su trama el efecto disparador del recuerdo. Es como una especie de invitación a un cóctel para la memoria en donde se mezclan aquellos instantes que convocan al lector a una comunión del vivir mediante la palabra que intenta recobrar las huellas del hombre durante su paso por tiempo: es un trago verbal contra el olvido y nos brinda la posibilidad de reavivar lo transitado. Además, la obra y el autor de estas crónicas  de las que libaremos un sorbo de su néctar, fueron galardonados con El Premio de Literatura Stefanía Mosca 2015, libro editado por el Fondo Editorial Fundarte. Igualmente, en cuanto a la confrontación de sus trabajos obtiene el Premio de la V Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, mención Crónica (2013), con el libro Visiones e imágenes subyacentes. La Victoria 1948-1958.

lunes, 20 de febrero de 2017

El libro para niños y niñas

José Gregorio González Márquez

El libro ha representado por siglos el vehículo dilecto para trasmitir información, conocimientos y placer. La lectura de un libro cuando se realiza con amor, abre las puertas del inmenso firmamento de la imaginación. El lector agarra un libro para adentrarse en mundos desconocidos. Desde la incertidumbre camina  por sus laberintos para descifrar la magia que el escritor ha escondido en sus páginas. Cada hoja es auscultada con el goce de quien descubre vida en un territorio inhóspito, o escucha por primera vez el latido de la existencia.

Han existido muchos formatos del libro. En la antigua Mesopotamia se utilizaron primitivas tablillas hechas de arcilla para resguardar el conocimiento. Luego el papiro egipcio revoluciona la forma del libro. Con esta técnica se logra la elaboración de un rollo que facilita más su lectura. Pero, con la aparición del códice comienza a forjarse la visión del libro tal como lo conocemos en la actualidad.

domingo, 22 de enero de 2017

Instrucciones para enseñar a leer a un niño

Gustavo Martín Garzo

Conviene empezar cuanto antes, a ser posible en la habitación misma de la clínica de maternidad, ya que es aconsejable que el futuro lector esté desde que nace rodeado de palabras. No importa que, en esos primeros momentos, no las pueda entender, con tal de que formen parte de ese mundo de onomatopeyas, exclamaciones y susurros que le une a su madre y que tiene que ver con la dicha. Poco a poco irá descubriendo que las palabras, como el canto de los pájaros o las llamadas del celo de los animales, no son sólo manifestación de existencia sino que nos permiten relacionarnos con lo ausente. Así, muy pronto, si su madre no está a su lado echará mano de ellas para recuperarla en su pensamiento, o si vive en un pueblo rodeado de montañas les pedirá que le digan cómo es el mundo que le aguarda más allá de esas montañas y del que no sabe nada.