domingo, 14 de mayo de 2017

Gonzalo Moure, el asturiano de la ternura escrita

Laura Antillano


“Yo, que maté de melancolía al pirata Francis Drake”  fue el primer libro que leí de Gonzalo  Moure. Me fascinó. Lo compré azarosamente en el Salón del Libro que organiza el chileno Luis Sepúlveda en Guijón,  Asturias. Tenían una feria de libros con varios proveedores y en una mesa, entre muchas cosas, ese título me ganó.
Me lo leí en dos noches, me conquistó la historia y el modo de relatarla. Varios años después, en Quito, invitada por Leonor Bravo al Maratón del Cuento, conocí al autor de aquella novelita.
Gonzalo  Moure intervino el día de la inauguración y habló con equilibrio y emotividad de alguien que había sido amiga de muchos de los presentes  y a quién todos guardaban especial afecto, ella había fallecido hacia no mucho y le había contado de este evento en Ecuador, para el que él era tan nuevo como yo. Coincidimos después en el transporte que nos trasladaba a todos, y sentados juntos conversábamos de literatura, salió el tema de los piratas y salió el nombre de su libro y salió el de mi cuento “Tuna de mar”, igualmente dedicado en este caso, a una mujer pirata.

domingo, 5 de marzo de 2017

Casa de pájaro, novela del escritor Radamés Laerte Giménez

Yony G. Osorio G
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                                                                    “El pájaro acompaña desde su vuelo al niño, vestido de abandono”.
                                                                                                 (Pálmenes Yarza, 2006,  Antología poética: 110).

            “Estar más solitario que una sombra en una casa abandonada. Buscar el regazo en ese momento extremo cuando todo se va…encontrarse con ese miedo que siempre se ha querido negar. Abandonado. Abandonado”                                                        
                                                                                         (Radamés Laerte Giménez, Casa de pájaro, 2016: 52).




Radamés Laerte Giménez

El pájaro que mira hacia lo lejos trastorna la quietud del pupitre

En esta obra, Casa de pájaro (2016), editada por la Fundación Editorial Casa de las Letras Andrés Bello, con la que Radamés Laerte Giménez obtuvo el “Premio de Narrativa Salvador Garmendia 2014”, intuimos que nuestra mirada también se entrecruza tal vez con un disgregado personaje que se supone sentado en un pupitre. Este protagonista llamado  Edgar Alejandro, se nos muestra en un escenario como un ser absorto, retraído, distraído y  extraviado. Sustenta su lenguaje en actitud evasiva, vacilante y, a veces, se encuentra sumergido en la morada de la ensoñación. Podemos apreciar ambas situaciones en estos fragmentos seleccionados de un diálogo directo entre él y sus padres que escenifican típicas disputas:

LA OBRA EN LA CIRCUNVALACIÓN NO. 5 POR 0,25, AGUARDA UN CÓCTEL PARA LA MEMORIA

                                                                                                                  Yony Osorio 

                “Los que aún estamos vivos y retrocedemos en el tiempo para armar la ruta que siguieron nuestros   pasos descubrimos que nos movemos en un ámbito donde las formas fantasmales abundan y las fachadas  son escombros y nos ubicamos en una trama casi parecida a la de Pedro Páramo en la obra   de Juan Rulfo”.
 (Leo Alfonso Villaparedes, 2016:11).

Leo Alfonso Villaparedes
La obra En la circunvalación no.5 por 0,25 (2016), del escritor, narrador, cronista, artista plástico y profesor jubilado, Leo Alfonso Villaparedes, nacido en la Victoria (1941), estado Aragua, aguarda en su trama el efecto disparador del recuerdo. Es como una especie de invitación a un cóctel para la memoria en donde se mezclan aquellos instantes que convocan al lector a una comunión del vivir mediante la palabra que intenta recobrar las huellas del hombre durante su paso por tiempo: es un trago verbal contra el olvido y nos brinda la posibilidad de reavivar lo transitado. Además, la obra y el autor de estas crónicas  de las que libaremos un sorbo de su néctar, fueron galardonados con El Premio de Literatura Stefanía Mosca 2015, libro editado por el Fondo Editorial Fundarte. Igualmente, en cuanto a la confrontación de sus trabajos obtiene el Premio de la V Bienal Nacional de Literatura Ramón Palomares, mención Crónica (2013), con el libro Visiones e imágenes subyacentes. La Victoria 1948-1958.

lunes, 20 de febrero de 2017

El libro para niños y niñas

José Gregorio González Márquez

El libro ha representado por siglos el vehículo dilecto para trasmitir información, conocimientos y placer. La lectura de un libro cuando se realiza con amor, abre las puertas del inmenso firmamento de la imaginación. El lector agarra un libro para adentrarse en mundos desconocidos. Desde la incertidumbre camina  por sus laberintos para descifrar la magia que el escritor ha escondido en sus páginas. Cada hoja es auscultada con el goce de quien descubre vida en un territorio inhóspito, o escucha por primera vez el latido de la existencia.

Han existido muchos formatos del libro. En la antigua Mesopotamia se utilizaron primitivas tablillas hechas de arcilla para resguardar el conocimiento. Luego el papiro egipcio revoluciona la forma del libro. Con esta técnica se logra la elaboración de un rollo que facilita más su lectura. Pero, con la aparición del códice comienza a forjarse la visión del libro tal como lo conocemos en la actualidad.

domingo, 22 de enero de 2017

Instrucciones para enseñar a leer a un niño

Gustavo Martín Garzo

Conviene empezar cuanto antes, a ser posible en la habitación misma de la clínica de maternidad, ya que es aconsejable que el futuro lector esté desde que nace rodeado de palabras. No importa que, en esos primeros momentos, no las pueda entender, con tal de que formen parte de ese mundo de onomatopeyas, exclamaciones y susurros que le une a su madre y que tiene que ver con la dicha. Poco a poco irá descubriendo que las palabras, como el canto de los pájaros o las llamadas del celo de los animales, no son sólo manifestación de existencia sino que nos permiten relacionarnos con lo ausente. Así, muy pronto, si su madre no está a su lado echará mano de ellas para recuperarla en su pensamiento, o si vive en un pueblo rodeado de montañas les pedirá que le digan cómo es el mundo que le aguarda más allá de esas montañas y del que no sabe nada.

viernes, 13 de enero de 2017

Falso Ejercicio: el encuentro del cuerpo con la palabra


“Un hombre ama a una mujer y la besa:
de ese beso nace el mundo”
Octavio Paz

David Figueroa González

José Gregorio González Márquez
El erotismo es una experiencia que nace del interior y se manifiesta en las múltiples situaciones y experiencias de la vida. El erotismo está del lado de la pasión y su ámbito es el cuerpo, nos refiere al reino de los placeres y displaceres del sexo, a la sensualidad, al desafío, a esa aventura que va la más allá de los sentidos y cuando se baña de poesía el erotismo trasciende todo lo tangible e imaginable del universo.
Este tipo de poesía le canta al deseo de los cuerpos amorosos que se entregan en las palabras, lo recrea y lo difunde mediante el lenguaje, para hacerlo más sublime, ya que los cuerpos vuelen al encuentro apasionado de las letras. Estas imágenes auditivas rescatan al cuerpo de los deseos mundanos para exaltarlos en un canto lírico.
En este libro estamos ante una poesía sugestivamente erótica, característica que rodea por completo esta nueva producción literaria de mi estimado hermano – poeta. Sus composiciones captan, tanto en su léxico como en su estructura, lo delicado y grácil de la poesía, a demás nos aporta una fina sensibilidad amorosa, muy distinta del tono mundano y ordinario que encontramos en la poesía erótica de otros escritores. Creo

martes, 10 de enero de 2017

Del Poemario Falso Ejercicio

José Gregorio González Márquez



                  I

Mi corazón es un hotel
con infinitas habitaciones
asediadas por tu silencio


                                                                               II
Desdoblo mis manos
soy ínfimo testimonio
en la pureza de tu rostro
Me nombro
guardián de la oquedad
simple vestigio
que se desvanece
en tu desmemoria