viernes, 13 de enero de 2017

Falso Ejercicio: el encuentro del cuerpo con la palabra


“Un hombre ama a una mujer y la besa:
de ese beso nace el mundo”
Octavio Paz

David Figueroa González

José Gregorio González Márquez
El erotismo es una experiencia que nace del interior y se manifiesta en las múltiples situaciones y experiencias de la vida. El erotismo está del lado de la pasión y su ámbito es el cuerpo, nos refiere al reino de los placeres y displaceres del sexo, a la sensualidad, al desafío, a esa aventura que va la más allá de los sentidos y cuando se baña de poesía el erotismo trasciende todo lo tangible e imaginable del universo.
Este tipo de poesía le canta al deseo de los cuerpos amorosos que se entregan en las palabras, lo recrea y lo difunde mediante el lenguaje, para hacerlo más sublime, ya que los cuerpos vuelen al encuentro apasionado de las letras. Estas imágenes auditivas rescatan al cuerpo de los deseos mundanos para exaltarlos en un canto lírico.
En este libro estamos ante una poesía sugestivamente erótica, característica que rodea por completo esta nueva producción literaria de mi estimado hermano – poeta. Sus composiciones captan, tanto en su léxico como en su estructura, lo delicado y grácil de la poesía, a demás nos aporta una fina sensibilidad amorosa, muy distinta del tono mundano y ordinario que encontramos en la poesía erótica de otros escritores. Creo

martes, 10 de enero de 2017

Del Poemario Falso Ejercicio

José Gregorio González Márquez



                  I

Mi corazón es un hotel
con infinitas habitaciones
asediadas por tu silencio


                                                                               II
Desdoblo mis manos
soy ínfimo testimonio
en la pureza de tu rostro
Me nombro
guardián de la oquedad
simple vestigio
que se desvanece
en tu desmemoria

lunes, 9 de enero de 2017

Una pluma lírica que embriaga los sentidos Acercamiento a los versos de Luis Alberto Angulo

“Hay un instante
en que todo calla”

Luis Alberto Angulo


David Figueroa González

Poeta Luis Alberto Angulo
La vida nos acerca, como la gravedad que por su naturaleza atrae a las cosas,  así vamos conociendo personas,  algunas veces de manera personal, otras; tenemos la oportunidad de toparnos con sus obras,  pero en ciertos casos,  se  tiene la suerte de conocer la obra y también a sus autores, es ese precisamente  lo que  en estas líneas  que me gustaría resaltar.  Como es el hecho de haber conocido al escritor Luis Alberto Angulo primero  por sus libros y  luego personalmente en la ciudad de  Barinas en una reunión de la Red de Escritores. 
Luis Alberto Angulo,  hombre sencillo y de buen humor, siempre  dispuesto a la tertulia, nos regala en sus escritos una visión  filosófica de la vida y con gran profundidad vital;  incluso desde sus primeros poemas  logramos apreciar esas características  así lo apreciamos en el poema “Distancia”, el mismo pertenece a la antología de la casa sola (1972-1979):

“Uno pasa y no sabe
sobre la vida y el tiempo
Escucha el ala 

jueves, 5 de enero de 2017

El amor es un falso y real ejercicio

David Figueroa Figueroa

“La poesía no ha sido escrita para comentaristas o críticos, sino para un ser
             tierno, inocentísimo y profundamente interesante: el lector”
Dámaso Alonso
                                                               
                            
                       
Va este trabajo como un acercamiento al poemario Falso ejercicio del escritor merideño José Gregorio González Márquez, libro donde tiene presencia el erotismo, palabra siempre unida a la carne y la imaginación. Para los estudiosos el erotismo es una tendencia literaria, allí privan los asuntos del amor entrelazados con otros elementos. Se diferencia de la pornografía porque su objetivo no es excitar al lector ni despertarle pensamientos lascivos, sino incluir el amor y el sexo en el contexto literario  con la intención expresiva y poemática.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Diciembre

Oscar Guaramato

Ha llegado otra vez el viejo amigo.
La niña lo encontró junto a la almohada, vuelto un friolento corderito de ámbar.
El hombre lo sintió caer sobre sus manos, como deshilachado plumón de codorniz.
A su llegada, la abuela se ha puesto a rememorar calladamente. Está inclinada ante la albura de  seis pañales, cerquita del batidor que ha conocido la flor de estambre de la hija ausente, o el pañuelo y sus breves iniciales para el nieto que ayer regresó a casa.
Por los pardos senderos, el mes llegó cantando.
Antes, cuando se estaba entre al aire de los otros meses, las gentes andaban a pasos presurosos, cerrados los labios para evitar que hasta ellos se acercara la clara risa del colegial o el saludo alborozado de los claveles nuevos. Pero, ahora, diciembre ha regresado con su jubón de luz y ha subido a los ojos y la risa juguetea en los rostros y los hombres amordazaron sus recelos y las mujeres saben mirar como suyos a los niños distraídos que marchan casi a rastras, llevados de la mano del peón o del burgués.

martes, 20 de diciembre de 2016

Mi abuelo en Navidad (Cuento)

Laura Antillano



Yo no conocí a mi abuelita Lula, porque cuando nací ya ella no existía, pero, todos los años, al llegar el mes de diciembre, pienso en ella.

No puedo dejar de hacerlo porque mi mamá, en estos días de diciembre, todos los años, comienza por sacar sus cajas del cuartito de los corotos, (ese donde guardamos lo que no se usa siempre, o lo que no sé sabe cuando se usará, como mi bici pequeñita, o la aspiradora de antes).

Me gusta mucho estar allí cuando ella saca esas cajas. Es como una ceremonia,  como si la magia de la Navidad comenzara justo cuando esas cajas son destapadas.

Mamá las carga hasta el centro de la sala, y yo voy tras ella, ahora que estoy más grande la ayudo  llevando algunas, cuando estaba más chiquita solo la seguía como en una marcha de fiesta.

Cuando las tenemos a todas allí, nos sentamos en el piso y las vamos abriendo. Están cubiertas de papeles todos arrugaditos, y de paja también. Hay que revisar con cuidado porque cada cosa allí está muy envuelta, y está así  desde el pasado enero.

¿Y saben lo que sale de ellas?

sábado, 10 de diciembre de 2016

Memoria de la infancia: Viaje en un barco de papel

Hay quienes imaginan el olvido
como un depósito desierto / una
cosecha de la nada y sin embargo
el olvido está lleno de memoria
Mario Benedetti.

José Gregorio González Márquez

La memoria no es una simple caja de resonancia donde se depositan los acontecimientos, acciones y saberes para rememorarlos ocasionalmente. Junto con el olvido, la memoria acompaña al hombre por los caminos sinuosos de la vida. Se apela al olvido para desdibujar las marcas que la existencia va imprimiendo con el devenir del tiempo. Dolorosas o de difícil aceptación, se guardan en las profundidades de la memoria; se olvidan por segundos o siglos completos; pero resurgen por jugarretas del destino o intemperancias de la cotidianidad humana  en días largos, en noches donde afloran los recuerdos y se encima la nostalgia.


La infancia, espacio temporal para vivir la felicidad o la incertidumbre, puede considerarse un estadio fascinante donde el niño interioriza su universo particular bajo las marcas de vivencias que se convertirán en recuerdos cuando crezca y se convierta en adulto. Entonces, deseará volver los pasos andados y navegar por los infinitos ríos que la memoria le presenta como una película,  que vertiginosa y audaz, le devuelve al pasado: su casa, su escuela, sus amigos, su territorio de infancia.