jueves, 1 de diciembre de 2016

La palabra imaginaria: la poesía para niños de Marisa Vannini

José Gregorio González Márquez

Marisa Vannini, extraordinaria poeta, narradora e investigadora de la historia, dedicó su vida a la literatura. Sus trabajos en gran parte fueron recreados en espacios que se identifican con Venezuela. Los referentes en sus cuentos y poemas se vinculan a nuestro país lo que demuestra el amor que tributó a su segunda patria.

La palabra Imaginaria es un poemario dedicado a niños y niñas. Palabra fundada en elementos que identifican al gentilicio venezolano. Vannini expresa con voz inquebrantable su conocimiento del alma del niño al proponerle poemas que lo identifican con entorno familiar y que además, le invita a conocer la geografía de Venezuela. Es común encontrar en sus poemas la presencia de animales humanizados, pero también paisajes cuyas

domingo, 27 de noviembre de 2016

La lectura instruccional y académica

Galo Guerrero-Jiménez

JacobLlawrence. La biblioteca
La mejor manera de construir significados radica en la forma cómo nos relacionamos con el otro. En el caso de la lectura, cuando el padre de familia o el profesor se convierten en mediadores, el niño y el joven aprenden a relacionarse con el texto, no solo para conocer lo que él dice, es decir, para comprenderlo literalmente sino, esencialmente, para trabajar en la comprensión inferencial. El lector de edad escolarizada casi nunca recibe una mediación adecuada para que aprenda a inferir, a interpretar, a sacar conclusiones, a elaborar preguntas, a plantear hipótesis o suposiciones que le permitan llegar a entender lo que el texto no lo dice expresamente. El lector debe saber que casi todos los textos callan o guardan entre líneas información que debe aprender a descubrirla para que pueda llegar a una auténtica interpretación.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

El bestiario poético de Emiro Duque Sánchez

José Gregorio González Márquez

La poesía alienta el espíritu. La creación, soplo de vida desencadena ríos de palabras que trasmiten los estados de ánimo y las emociones de quien piensa y escribe. El corpus poético se despliega como una marejada que va inundando los rincones de la naturaleza misma del ser humano. El poeta transforma lo que se ve como una realidad tangible, lo que asume como cotidiano; lleva los elementos captados por la concreción del pensamiento al estuario de la imaginación para sensibilizarlos y convertirlos en imágenes augustas que sus semejantes celebran.  Reverdy ( 1977) dice que: “ La sensibilidad del hombre es, en su orden, única en el mundo – eso lo sabemos, así como sabemos también que, si el sufrimiento y el gozo no son su exclusivo privilegio, se lleva a un incomparable grado de intensidad la calidad de ese sufrimiento  y ese gozo, por la conciencia que se le da.” (p. 83).

lunes, 12 de septiembre de 2016

Donceles y el tiempo

Leandro Arellano

¿Adónde se encaminarán nuestros pasos con el advenimiento del libro electrónico? ¿La lectura en la pantalla agotará el gusto de andar hacia los estantes y rebuscar entre títulos y autores? Para quien conoce el placer de dirigirse a una librería y relegar en ella el tiempo que se desliza en la calle, supone muy contadas equivalencias. 

El comercio del libro posee referencias en autores tan antiguos como Platón y Jenofonte en Grecia, y en Roma las librerías eran conocidas ya en los tiempos de Cicerón y Catulo. Horacio cita en su obra a sus editores -los hermanos Sosii- y Marcial menciona al menos a tres de los suyos. En sus Noches áticas Aulo Gelio escribió que el primero que en Atenas dispuso libros para la lectura pública fue Pisístrato, y que los libreros romanos acostumbraban permitir la consulta de ejemplares extraordinarios mediante una cuota.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Reflexiones sobre la lectura, la escritura y los maestros

   Lydda Franco Farías

“La escritura es la lectura perfecta” 
Alfredo Chacón 
Diario El Nacional


No sé si las experiencias, las vivencias de una, y, cuando digo una, no sólo me refiero a mí, sino a todo ser humano que, por muy pobre que sea su memoria o por muy estrecha o esmirriada, siempre tiene algo que contar de sí mismo, siempre existirá una reserva de emociones, sensaciones, curiosidad de todas las cosas que ha vivido, no sé, digo, si les ocurre vivirlas con la misma magnitud e intensidad, pero, lo seguro es que hasta el menos despierto o avisado, experimenta asombros, tiene momentos en que se pregunta los cómo y los por qué de las cosas, y vive situaciones en que el dolor o el placer les despiertan una cierta intuición de lo que experimenta en el acontecer de sus días y de sus noches. Claro que, no a todos les acontece darse cuenta de lo que eso significa, ni valorar su importancia con el mismo ritmo de tiempo. Existen personas que tienen cierta capacidad para advertir la vivencia y su esplendor, si no en el instante preciso en que la experimentan, al menos pueden hacerlo al cabo de meses o escasos años. Hay también quienes aprehenden o pueden captar el resplandor y la conciencia de su propia experiencia vital de manera simultánea, pero este don es algo raro o poco frecuente. Los que hemos tenido la suerte de desembocar en la poesía, hemos podido advertir –y esto mucho más tarde- que esta excepción, que esta tendencia a tener cuerpo, alma, memoria y sentidos para el portento, para el milagro que nos puede acontecer o manifestársenos, se potencia, cobra espesor y forma en la experiencia escrita, en la plenitud del poema. Entonces, la realidad

sábado, 6 de agosto de 2016

De tontos, curiosos e indecisos (Consideraciones sobre el ensayo en la época de su reproductibilidad web)


Lobsang Castañeda

En buena medida el ensayo es un arte combinatoria, una forma compleja de escritura que aglutina y ordena elementos de procedencia distinta, materiales que, de entrada, no parecen guardar relación entre sí pero que terminan volviéndose afines debido a la pericia con la que el ensayista, esa especie de prosista todoterreno, encara su tema u objeto de estudio. La posibilidad de fraguar combinaciones efectivas, capaces no sólo de reforzar lo dicho sino de abrir nuevas perspectivas de análisis e interpretación, depende esencialmente de dos cosas: primero, del nivel de curiosidad desplegado por el propio ensayista y, segundo, de la disponibilidad de los materiales susceptibles de ser combinados. La curiosidad es el deseo de averiguar lo que a uno no le concierne y, en ese sentido, una “cualidad” enteramente particular. Los límites y alcances de la curiosidad se corresponden siempre con los límites y alcances de la personalidad que la acoge, nutre y despliega. La disponibilidad de los materiales, en cambio, se relaciona de manera directa con las circunstancias que configuran la realidad, de límites variables, en la que con osadía se desenvuelven los curiosos. Montaigne, se ha dicho hasta el cansancio, trabajaba con los materiales que su propia subjetividad le concedía pero también con las

domingo, 17 de julio de 2016

¿Por qué mantienen vigencia de los cuentos de Andersen?


  Dra. Sylvia Puentes de Oyenard



En la pequeña ciudad de Odense, en Dinamarca, un modesto zapatero —enamorado de los libros y las fantasías —y su mujer— que no tenía más horizonte que el limitado mundo circundante— compartieron la alegría del nacimiento de un hijo. El 2 de abril de 1805 llegó al mundo el poeta de los niños, día en que se celebra desde 1956 el Día Internacional del Libro Infantil.
Aunque las traducciones y adaptaciones no han sido rigurosas en la mayoría de los casos, y permanece el debate acerca de si hay que actualizar el danés antiguo al contemporáneo, los cuentos de Hans Christian Andersen (1805-1875) multiplican ediciones y captan la atención de millones de niños y niñas. Analizaremos algunas razones: