domingo, 26 de agosto de 2018

Cuentos de José Gutiérrez Sánchez



Su primer contacto


Entonces Felipe apeló pero el suceso ya había creado su natural anormalidad. La víctima había achacado la seducción al olor de la rosas y al trinar de las aves. Luego lo negó para atribuírselo a aquel sueño, solo interrumpido por las cantadas de diana del soldado. Pero otra era la creencia porque fuego y sal, lágrimas y sangre de esto hablaron en el sitio. Huellas, murmullos y vidrio nocturno aseguraron ver y oír. Entonces se confirmó lo que antes anduvo como secreto y murmuró el Señor, arriba, desatendiendo su labor habitual lanzando el castigo, porque las aves depredadoras así lo exigían.


(Cielo raso, 2001)

Sepulcros del antiguo terreno

Hondos como exigencias de pasos fuertes quedaron en el camino remojado por las nubes. Los hombres se apresuraron cuando aquel cuerpo exigía que lo albergara la tierra. El hedor lo desvanecía el viento.
Ni una arteria quedó obstruida para bloquear el paso de las dos gotas de líquido que sintió le inocularon cuando pasó por la hojarasca.
Cuatro hombres descansaron cuando entraron por la puerta grande del silencio. Cuatro puñadas de tierra lanzaron a la eternidad.

(Cielo raso, 2001)

Y sobre hombros también se viaja

Y venían con él, a cuestas; había prometido que volvería y lo hizo, aunque él no lo imaginó de esa manera, ni para ocupar su catre ahora vacío definitivamente… El que más lo lamentaba enderezó la corona de flores y dijo:
- No es más que unos pasos esta vida.

(Cielo raso, 2001)

Proyectil extraviado

Oyó el disparo y se guió por la travesía de la bala. Cuando dio en el blanco, ella aun dormía y no dio importancia a lo sucedido. Al despertar preguntó si alguien había estado allí. Le contestaron:
- Un hombre saltó el muro.

(Cielo arraso, 2004)

Desliz mortuorio

Miró por las hendijas. Al comprobar que la oscuridad y el silencio eran dueños de la habitación, el hombre forzó la puerta.
La mano derecha apretaba el arma de doble filo. Registró todo, ya estaba a punto de lograr sus propósitos cuando a un bombillo le llegó la luz. Al saltar por la ventana una estaca le causo gangrena.

(Cielo arraso, 2004)



No hay comentarios:

Publicar un comentario