jueves, 4 de julio de 2013

Paco Yunque: La simbología del poder

David Figueroa González


“Yo me complazco, en imaginar, en creer en un estado social
en que la alegría sea accesible  a todos”
André Gide

En  mi reciente viaje a Perú, país hermano al cual fui por invitación del grupo Capulí, Vallejo y su Tierra. Me reencontré con la historia todavía viva de lo que fue el Virreinato de España en América, las estructuras  arquitectónicas erguidas  como gigantes enclavados por doquier aún cuentan relatos de tiempos lejanos. Al partir de la capital camino a Santiago de Chuco,  la patria chica de Cesar Vallejo, es más marcada la presencia de estas hermosas estructuras, bien sea, las realizadas por los conquistadores o las elaboradas por el pueblo con su milenaria sabiduría. En el horizonte las montañas evocan los picos de la sierra venezolana y, a pesar de la altitud y el frío, al llegar al poblado las personas con su respeto y cordialidad nos abrigaron el alma.
La humildad característica de las personas que habitan los pueblos andinos está presente en la obra “Paco Yunque”,
historia que pertenece al escritor  peruano César Vallejo;  en ella el autor logra plasmar  una denuncia social utilizando con eficiencia el lenguaje de una manera sencilla, como  la relación entre los  personajes que dan vida al relato.  Por otra parte, el hecho de que el cuento se desarrolle en un  colegio  hace que los  lectores escolares se identifiquen con él.  Paco Yunque nombre del protagonista y a la vez del cuento es un nombre motivador de reflexiones, de este se acota en el diccionario general que: “Yunque: Prisma de hierro acerado sobre el que se trabajan a martillo los metales. Persona firme y paciente en las adversidades.”  En este sentido, el libro “Paco Yunque” es realista y tiene un gran valor social, ya que denuncia los atropellos contra el niño Paco Yunque  (los pobres abusados) por parte de Grieve (los ricos abusadores). Así para ilustrar  leemos:

“Humberto Grieve, desde su banco del otro lado del salón, miraba con cólera a Paco Yunque y le enseñaba los puños, porque se dejó llevar a la carpeta de Paco Fariña.

Paco Yunque no sabía qué hacer. Le pegaría otra vez el niño Humberto, porque no se quedó con él, en su carpeta. Cuando saldrían del colegio, el niño Humberto le daría un empujón en el pecho y una pata en la pierna. El niño Humberto era malo y pegaba pronto, a cada rato. En la calle. En el corredor también. Y en la escalera. Y también en la cocina, delante de su mamá y delante de la patrona. Ahora le va a pegar, porque le estaba enseñando los puñetes y le miraba con ojos blancos.”

La psicoanalista austriaca Melanie Klein afirma en sus estudios que los  niños son  “ malvados por naturaleza” ,  y  el hecho de que el niño Humberto  abuse y  mal trate al  joven Yunque  es ejemplo de tal afirmación.  Estos hechos violentos producen cierta  inquietud entre los lectores  y en los  compañeros de clase de Paco generan una sensación  de indignación  hacia  las acciones  de Grieve en el salón.  Ese sentimiento adverso  también es
relacionado con la posición de sumisión que frente al poder económico  asume  el docente, reproche que realiza el escritor realzando esa faceta negativa de la educación de su tiempo ( y de otros más cercanos), hecho que me recuerda la máxima del maestro de la República  Simón Rodríguez: “Toca a los maestros hacer conocer a los niños el valor del trabajo, para que sepan apreciar el valor de las cosas.” Quizás los hechos contrarios a ese pensamiento sean la causa que llevó a sublevar a los propios estudiantes en la historia:

“De nuevo se oyeron pasos en el patio y otro alumno, Antonio Gesdres, hijo de un albañil apareció a la puerta del salón. El profesor le dijo: ¿Por qué llega usted tarde?  Porque fui a comprar pan para el desayuno. ¿Y por qué no fue usted más temprano? Porque estuve alzando a mi hermanito y mamá está enferma y papá se fue al trabajo. Bueno –dijo el profesor, muy serio párese ahí. Y, además, tiene usted una hora de reclusión.

Le señaló un rincón, cerca de la pizarra de ejercicios. Paco Fariña, se levantó entonces y dijo: Grieve también ha llegado tarde, señor. Miente, señor respondió rápidamente Humberto Grieve. No he llegado tarde. Todos los alumnos dijeron en coro: ¡Sí, señor! ¡Sí, señor! ¡Grieve ha llegado tarde! ¡Pish! ¡Silencio! –dijo malhumorado el profesor y todos los niños se callaron.

El profesor se paseaba pensativo. Fariña le decía a Yunque en secreto: Grieve ha llegado tarde y no lo castigan. Porque su papá tiene plata. Todos los días llega tarde”


Paco Yunque representa al pueblo desvalido, es el niño golpeado, el que recibe escupitajos, insultos, acepta en silencio la humillación, ser el objeto de posesión de Humberto. Porque de otro modo recibirá el odio, la cólera, la exclusión. Todos estos vejámenes  son  vividos en silencio como si fuese un objeto,  una  prenda  colgada en la pared.  Más allá de los  empujones, de la fuerza y la malicia,  es obligándolo a callar,  pisoteando su dignidad que logra poco a poco despojarlo de su identidad  y  que de esta forma lo esclaviza  psicológicamente  y físicamente; en este sentido:

“¿Es verdad lo que dice Paco Fariña? –le preguntó el profesor a Yunque. Paco Yunque miró a Humberto Grieve y no se atrevió a responder, porque si decía sí, el niño Humberto le pegaría a la salida. Yunque no dijo nada y bajó la cabeza.

Fariña dijo: Yunque no dice nada, señor, porque Humberto Grieve le pega, porque es su muchacho y vive en su casa. El profesor preguntó a los otros alumnos: ¿Quién otro ha visto lo que dice Fariña?  ¡Yo, señor! ¡Yo, señor! ¡Yo, señor! El profesor volvió a preguntar a Grieve:  ¿Entonces, es cierto, Grieve, que le ha pegado usted a Fariña?  ¡No, señor! Yo no le he pegado. Cuidado con mentir Grieve. ¡Un niño decente como usted, no debe mentir!  No, señor. Yo no le he pegado…

¿Por qué no le dijiste al señor que me ha pegado Humberto Grieve? Porque el niño Humberto me pega. Y, ¿por qué no se lo dices a tu mamá?  Porque si le digo a mi mamá, también me pega y la patrona se enoja.”


En la lógica de los niños,  papá y mamá son los todo-poderosos, de ello damos cuenta cuando  uno de los hermanos Zumiga intenta llevar a casa el pececito encontrado   tal vez con la intensión de que sus padres lo curasen,
ya que esto es lo que ellos hacen;  amar y cuidar , pero este hecho no fue posible, murió en el camino.  En cambio, en la mente de Humberto, quién en su condición de hijo del patrón, es decir,  “aquel que todo lo puede o todo lo compra”,  él explica por medio de sus elucubraciones cómo en su casa grande y opulenta   los peces “nadan” por la sala, aunque en ella no hubiese agua. En tal sentido examinamos:

“- Muy bien –dijo el profesor-. Vamos a ver. Vamos a hablar ahora de los peces.
Varios niños quisieron hablar. El profesor le dijo a uno de los Zumiga que hablase.

- Señor –dijo Zumiga-: Había en la playa mucha arena. Un día nos metimos entre la arena y encontramos un pez medio vivo y lo llevamos a mi casa. Pero se murió en el camino…”

Más adelante encontramos:

“Pero Grieve recordaba que trajo dos peces pequeños en su casa y los soltó en su salón y allí estuvieron muchos días. Los movió y se movían no estaba seguro si vivieron muchos días o murieron pronto… - ¡Claro! Porque mi papá tiene mucha plata. Y me ha dicho que va a hacer llevar a mi casa a todos los peces del mar. Para mí. Para que juegue con ellos en mi salón grande”.

Si bien es cierto, en primera instancia,  Paco logra alejarse de Humberto  lo que  de cierta forma le inflige una derrota a Humberto  Grieve,  ya que no puede recuperar en su carpeta (asiento) a Paco Yunque,  Humberto logra desquitarse del grupo y de Paco consiguiendo que el profesor lo inscriba en el cuadro de honor del colegio, cuando le sustrae a Paco Yunque  un trabajo realizado por éste y que luego no logra reclamar como suyo. De esa situación da cuenta la investigadora peruana Mara L García cuando explica: “El aula de clase se transforma en un espacio de poder para Humberto Grieve, y es allí en donde Paco Yunque es intimidado y disminuido”   Con este hecho nos muestra el escritor  como se impone la dominación fundada en la explotación del trabajo ajeno y en la alienación del individuo, es decir, una analogía perfecta del concepto de  plusvalía planteado por el filósofo  Karl Marx. En Paco Yunque observamos:

“Paco Fariña, los dos Zumigas y otros niños rodeaban a Humberto Grieve y a Paco Yunque. El niño flacucho y pálido recogió el libro, el cuaderno y el lápiz de Yunque, pero Humberto Grieve se los quitó a la fuerza, diciéndole: ¡Déjalos! ¡No te metas! Porque Paco Yunque es mi muchacho…

Humberto Grieve se acercó a la carpeta de Paco Yunque y le entregó su libro, su cuaderno y su lápiz. Pero antes había arrancado la hoja del cuaderno en que estaba el ejercicio de Paco Yunque y puso en ella su firma. Cuando el profesor dijo: Humberto Grieve,  Grieve fue y presentó el ejercicio de Paco Yunque como si fuese suyo.”


Y como lo manifiesta Georgette de Vallejo, “Vallejo, plenamente responsable desde 1929 de su nueva ideología y orientación política, construye, consciente y deliberadamente, una obra revolucionaria marxista, una sentencia de justicia militante uniéndose a la lucha proletaria mundial.” Un buen ejemplo de ello es la denuncia de la cultura de clase, que observamos con el discurso del Director, ya que  con el uso de la ironía como técnica narrativa  el escritor destaca el mito de la cultura y del progreso que implican directa o indirectamente la aceptación del orden vigente y aseguran su prolongación:

“Muy bien –dijo el Director, contento. Subió al pupitre y miró severamente a los alumnos. Después les dijo con su voz un poco ronca pero enérgica: De todos los ejercicios que ustedes han hecho, ahora, el mejor es el de Humberto Grieve. Así es que el nombre de este niño va a ser inscrito en el Cuadro de Honor de esta semana, como el mejor alumno del primer año. Salga afuera Humberto Grieve. Todos los niños miraron ansiosamente a Humberto Grieve, que salió pavoneándose a pararse muy derecho y orgulloso delante del pupitre del profesor. El Director le dio la mano diciéndole: Muy bien, Humberto Grieve. Lo felicito. Así deben ser los niños"

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