José
Gregorio González Márquez
David Figueroa Figueroa |
Abrazar la palabra para sentir
su fuerza, convivir con ella para mantener cercana la memoria, redimensionarla para que llegue al corazón de los más pequeños
es oficio de un poeta. Desde la poesía, expresada en prosa o verso, se señalan
los caminos de la lectura y la escritura para enamorar a los niños y
conminarlos a transitar por los senderos de la imaginación y la
fantasía. No se trata de inventarles mundos desconocidos para que disfruten momentáneamente de acciones o situaciones disímiles. En realidad se busca acércalos al acto creador desde el sagrado recinto donde mora la palabra.
fantasía. No se trata de inventarles mundos desconocidos para que disfruten momentáneamente de acciones o situaciones disímiles. En realidad se busca acércalos al acto creador desde el sagrado recinto donde mora la palabra.
El poeta es un ser dilecto. Intuye en cada rasgo de existencia la
intemporalidad de la escritura al mismo tiempo que hace de su oficio una
fortaleza para que convivan sus lectores, para que disfruten de sus creaciones.
Toda forma de escritura es un acto de amor. Gustavo Pereira en su texto
Écriture nos dice que Tal vez toda escritura, aun la más tendenciosa y
amarga, no sea en el fondo sino una declaración de amor hacia alguien.
David Figueroa Figueroa, excelso poeta yaracuyano, ha dedicado su vida
a la escritura. Su trabajo para niños es inmenso, de larga data y con una
impresionante sencillez que permite a la palabra ser portavoz cercana al
universo del infante. El manejo de las imágenes en sus textos para niños, ronda
los espacios donde se fertiliza el uso de la imaginación y se acicalan los
poemas para adueñarse del alma de los pequeños.
Ronda sin fin, colección de poemas cortos y
precisos, expresan la armonía que existe entre la libertad de crear y el
contenido poético propio para un niño. Fábulas, adivinanzas y textos poéticos
convergen en este libro para nombrar y dibujar imágenes perentorias cuya
recurrencia encenderá los sentidos y facilitarán la permanencia de un vaso
comunicante con sus lectores. Figueroa Figueroa, obvia en su trabajo el uso de
la fábula como elemento moralizante y despliega un mundo de palabras para
pintar la belleza, el sentido de la vida, las paradojas de la existencia y la
divinidad de la poesía. En su fábula 1 nos dice: Un pez/ enseñaba/ de colores/
al mar/ Paradoja/ el pez/ era ciego/ Demuestra este texto que la invidencia no
limita la capacidad para ver más allá de las simplezas del destino. La paradoja
aun cuando presenta elementos contradictorios o por lo menos que perecieran,
sólo se limita a reafirmar una visión infinita del poema.
Otro texto que indudablemente posee un encanto natural y refiere a la
intuición como elemento polivalente para
motivar en el niño su capacidad de imaginación
es el nombrado como Fábula 6 y que reza; Busqué una nube/ pero/
estaba de turista/ Busqué un riachuelo/ Pero/ andaba con la nube/.
Las adivinanzas traen consigo la activación del intelecto. Muchos
procesos mentales se ponen en funcionamiento cuando se formula una adivinanza.
El niño se emociona y juega, se sumerge en un territorio desconocido en busca
de respuestas; claro, sigue las pistas dejadas en cada palabra que conforma la
adivinanza. David Figueroa Figueroa, construye para el disfrute lúdico del niño
textos como el que se presenta seguidamente: /Parece volar/ el conejo/
cuando corre/ ¡Cómo se hermana/ con la brisa!/
Cuando se escribe para niños, el poeta maneja licencias ilimitadas. La
creación de textos no está cercada por convenciones ni reglas que cercenen el
acto creador. El uso del absurdo divierte y motiva; hace reír y propicia el
análisis de situaciones desde la realidad circundante. En Ronda sin fin conseguimos
el poema intitulado Absurdo 2: /Una vez/ vi gatos que cazaban
lagartijas/ en metamorfosis de arbustos/ En las ventanas del sol/ los gallos
perseguían gallinas de fuego/ Otro
texto de la misma estirpe reza: /La cigarra/ del relámpago/ abandonó/ los
dientes del tiempo/ Hoy baila jubilosa/ en el columpio del sereno/
El Cucarachero Juglar y otros relatos, Obra
con la que ganó Figueroa el XIV Concurso Nacional de Literatura Infantil Miguel
Vicente Patacaliente, es un libro en el
que se entremezclan la prosa y el verso. Concebido por su autor como una
especie de bestiario donde los protagonistas se mueven entre la multiplicidad
de imágenes literarias y las paradojas de la vida, pretende señalar situaciones
que pueden ser cotidianas para los niños. Aunque poseen características de
fábulas, estos textos lejos de querer imponer enseñanzas y estar marcados por
el didactismo, se sostienen como tributos al devenir de la humanidad. No desea
entonces el autor inmiscuirse en el campo axiológico como un referente esencial
e imponer principios y valores, más bien busca alimentar la conciencia desde su
trabajo literario.
El uso de prosa y verso juntos, poco común en nuestros autores por
cierto, define la obra de David
Figueroa. En el Cucarachero Juglar, van fluyendo el cuento y la copla hacia el
infinito mundo de la palabra, convergen
en la acción lúdica que encanta al niño; no hay recortes ni grafías sobrantes.
Cada letra ocupa el lugar que le corresponde en la maraña de imágenes
propuestas por el escritor. La historia de este cuento refiere a un cucarachero
que es poeta y vive cantándole o componiendo coplas a quien se interese por
ellas por motivos especiales. Por supuesto, cobra por ellas.
Cito ahora un fragmento del cuento mencionado: Otras veces era el
cuervo, quien pedía algunas coplas relancinas. Amigo Cucarachero, sé que usted
tiene una voz extraordinaria, recíteme algunas cuartetas. Enseguida las tendrá
en su oído, camarita:
/La guayaba es muy sabrosa,/ tiene el corazón de miel/ El que vive de
maldades,/ siempre se viste de hiel./ El tiempo no pasa en vano,/dice el refrán
con certeza./ si quieres vivir en paz,/ usa muy bien la cabeza./ El amor no
cuesta nada,/ pero muchos no lo dan./ Hagamos como la espiga,/que siempre
reparte el pan./
Otra característica resaltante en este libro se manifiesta en las
tramas de los cuentos poemas. Buena parte de ellos con finales que se mueven
entre lo irónico y trágico, pretenden señalar las vicisitudes que viven los
seres humanos. Sus alegrías, tristezas, angustias, vivezas están presentes en
la obra; asimismo, sus defectos como la
envidia, la inquina, la miseria y el conformismo. El cuento La hormiga
Dominga y sus travesuras relata las peripecias de una hormiga que se apasiona
tanto por la Halterofilia
que su obsesión la conduce a la muerte. Una crítica cerrada al uso de
esteroides, dietas especiales y al abuso del ejercicio físico para buscar la
perfección de la imagen, del cuerpo.
En La flor única, el amor, la benevolencia, el egoísmo y
la envidia se manifiestan a lo largo del cuento. La historia de una flor que
por mucho tiempo ofrenda milagros a quienes se acercan con buenas intenciones.
Cambia de coloración de acuerdo al ánimo de los que la visitan. De hecho el
nombre que le da el autor al pueblo connota la cantidad de favores que la flor
hace a sus habitantes. Pueblo sortario no es otro que la vigencia de voces
múltiples que conviven en cada uno de nosotros, las llamadas predestinadas para
acercarnos con respeto a la libertad del texto.
Fabular de voces, libro por cierto inédito, es
un extraordinario despliegue de imágenes. La belleza, el ritmo, la rima y la
musicalidad de cada uno de los poemas están trabajados con maestría. El poeta
construye desde su saber ancestral un fabulario de voces que prolifera en la
palabra, un abalorio de cuentas con perlas poemas. El trabajo en estos textos
resume la sensibilidad de Figueroa usa para deleitar a los niños. Se mueve un
sinnúmero de voces al compás de la alegría, bajo la batuta de lo sencillo, ante
la algarabía de lo perenne. Atrapar un poema en la naturaleza misma y llevarlo al territorio de la escuela o
de la casa no resulta fácil; pocos
maestros de la belleza logran hacerlo.
Límpida la palabra se reúne paulatinamente, se une para concatenar
textos cuyos elementos incipientes se tornan canciones, fabulosos vientos que
crean una atmósfera festiva. Recrear un bestiario y al mismo tiempo sumarle
situaciones que atañen a los humanos permite involucrar la potestad misma del
ser ante lo onírico.
El texto Corcel de lumbre nos dice: Corcel audaz/ dragón
taimado/ Quimera gris/ tiempo pasado/ Corcel apuesto/ lado por lado/ Nos da la
vida/ el ser amado/ Corcel de lumbre/ poema aliado/ No llegas lejos/ si estás
parado/
No son ajenos a estos poemas la presencia de referentes axiológicos; no
con fines moralizantes sino como principios inmersos en la vida. En Zorro
despierto apunta: Zorro ladino/ canción de cuna/ Viene la noche/
también la luna/ Zorro avispado/ pavo en ayunas/ El que no guarda/ no ve
fortuna/ Zorro despierto/ cardón y tuna/Es nuestra madre/ como ninguna/
Para David Figueroa Figueroa, la palabra es vida; marca la existencia
desde el templo de lo ignoto, la lleva sustanciada al colectivo, la entrega sin
preámbulos para que sea disfrutada en toda su esencia.
Leer esta reseña sobre el Poeta David Figueroa Figueroa y su reciente obra, a tiempo de disfrutar de fragmentos de su poesía para niños, nos entorna las puertas, por siempre difíciles de abrir de par en par cuando se trata del alma de un poeta, nos permite vislumbrar, por esos mínimos resquicios apenas sugeridos en el cuerpo general del texto, el brillo inusitado, los reflejos cálidos de amaneceres esplendente belleza, que se esconden, a simple vista en el propio actuar y ser del poeta, a quien conocemos (o creíamos conocer)enriqueciéndonos... y, ¡claro está! conduciéndonos de la mano hacia ese mundo mágico donde gravita su enorme bondad. Nos deslumbra, simplemente eso; nos deslumbra su calidez humana; y nos emociona la voz de su autenticidad.
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